Parece que uno no puede seguir el ritmo de los acontecimientos. Un día después de que el histórico vuelo de Abu Dhabi a Tel Aviv pasara por el espacio aéreo saudí, la salida oficial del Estado en Riad anunció que todos los vuelos a los Emiratos Árabes Unidos podrían sobrevolar el reino, incluidas las compañías aéreas israelíes.
Hemos esperado docenas de años para que se produzca este acontecimiento. Arabia Saudita no es un país cualquiera. Es mucho más grande y mucho más conservador que otros Estados del Golfo y su gobernante de facto, el Príncipe Heredero Mohammed Bin Salman, se considera a sí mismo como el líder de los suníes. Así pues, la luz verde saudita para los sobrevuelos israelíes no es algo corriente; es un mensaje claro que resuena desde Teherán hasta Rabat y desde Ankara hasta Pretoria, y que puede tener repercusiones durante muchos años.
El boicot árabe a Israel se impuso en 1945, incluso antes de que naciera el Estado. Y ahora, 75 años después, el gobernante del Reino de Arabia Saudita dice efectivamente que la era de los boicots ha terminado.
Detengámonos y pensemos en lo que todo esto significa. Hay paz con Egipto y Jordania; el Primer Ministro Benjamin Netanyahu y sus ministros ya han visitado Omán y los Emiratos Árabes Unidos; ha habido avances en las relaciones con el Chad y el Sudán, y ahora la reina madre del mundo sunita, la autora de la Iniciativa de Paz Saudita y la financiadora de muchos regímenes de la región, lo ha dicho alto y claro: la Estrella de David puede volar sobre nuestro territorio. Por el momento, se trata solo de derechos de sobrevuelo, pero llegará un momento en que los israelíes podrán realmente poner un pie en el reino. Una cosa está muy clara: Arabia Saudita quiere hablar de paz con Israel.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu, quien es el arquitecto de este avance, dijo el miércoles que esto tendrá enormes implicaciones para la economía de Israel, al bajar los pasajes aéreos para aquellos que quieren volar hacia el este, así como en otros aspectos.
Netanyahu se atribuye el mérito de promover la idea de que Israel puede estrechar sus lazos con el mundo árabe sin necesariamente hacer concesiones a los palestinos. Pero es Jared Kushner y su equipo quienes han hecho esto realidad bajo el liderazgo del Presidente Donald Trump, usando su recién revelado plan de paz.
Algunos en la derecha israelí están enojados porque los esfuerzos de Kushner han sofocado el movimiento israelí para extender la soberanía a ciertas partes de Judea y Samaria. No hay duda de que esta promesa debe cumplirse, pero a la luz de los tremendos avances que Trump y Kushner han hecho para ayudar a la estatura de Israel, no hay justificación para atacar a la administración.