El hambre de los gazatíes recibe cobertura antes que el hambre de nuestros secuestrados. Ese es el nuevo orden. ¿Cómo puede ser? Esta semana vi varios noticieros con ese enfoque y no lo podía creer. Todavía recuerdo a Rino Tzror, en la primera semana de la guerra, abriendo su programa en Galei Tzahal y diciendo con desdén: “En la reunión del gabinete van a debatir si permiten la entrada de camiones con ayuda a Gaza, verán que todos hablarán en contra, y verán cómo al final harán exactamente eso” —y tenía razón. Pero esta semana, incluso él ya seguía con preocupación el hambre de los gazatíes.
Todos hemos sido reclutados para toda la vida. Resumen del capítulo anterior: hace una semana, Ran Boker reveló en Ynet una conversación interna del grupo de WhatsApp de Noticias 12 sobre la cobertura del hambre en Gaza, y ya se percibe un cambio en la agenda pública. Quien filtró las capturas al periodista de espectáculos asumió que, al exponer la política editorial ante decenas de miles de seguidores, obligaría al sistema a modificar su procedimiento mediático. Y acertó. Ese es el verdadero “arma del juicio final” en Israel.