Ayer por la mañana, el presidente ruso Vladimir Putin intentó sentar las bases de las conversaciones para detener la invasión rusa de Ucrania al anexionarse ilegalmente cuatro provincias ucranianas no reconocidas internacionalmente. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, respondió rápidamente con dureza a la réplica de Putin, dando a entender que no tenía intención de negociar con Rusia mientras Putin estuviera al mando. A pesar del sombrío panorama de las discusiones entre ambos países, es instructivo mirar hacia delante para ver qué plantearán Moscú, Kiev y el resto de la comunidad internacional cuando se reanuden las conversaciones.
Concesiones de territorio
La cuestión del control del territorio es la primera y más acuciante para los negociadores. Ucrania está dividida actualmente en cuatro tipos de territorio en disputa: (1) territorio ocupado por Rusia pero aún no anexionado; (2) territorio ocupado por Rusia y anexionado hoy; (3) territorio anexionado por Rusia hoy pero ocupado por Ucrania, y (4) territorio anexionado u ocupado por Rusia en 2014. Ucrania quiere recuperarlo todo, pero no es probable que Rusia ceda ningún territorio de la categoría 1.
Las líneas de control y la dificultad de transferir el territorio se verán afectadas de forma significativa por el desarrollo de los combates antes de un alto el fuego. Actualmente, Ucrania está recuperando tierras de Rusia, principalmente en la categoría 1, pero también algunas en la categoría 2. El éxito en la categoría 1 por parte de los ucranianos podría simplificar las negociaciones, pero el éxito en las categorías 2 y 4 hará que las negociaciones sean más difíciles.
Es probable que cualquier negociación para la transferencia y el control del territorio sea larga y complicada, como se ha visto en los acontecimientos de Bosnia y el Cáucaso. Puede ser esencial separar a los combatientes con el uso de fuerzas de paz proporcionadas por una tercera parte que sea aceptable para ambas partes (como India, Turquía o China).
Reparaciones
Sin duda, Ucrania pedirá una indemnización a Rusia por los daños causados por la invasión.
Desde que estalló la guerra, los daños a la vida y a la propiedad en Ucrania han sido generalizados, especialmente en el este.
Dada la grave situación económica de Rusia y el actual clima político en Moscú, hay pocas razones para esperar que el país tenga alguna motivación o motivo para reparar este daño. Aunque la utilización de activos rusos capturados en el extranjero para financiar la reconstrucción de Ucrania plantea problemas legales y normativos, se ha propuesto este enfoque. La reacción de la comunidad internacional frente a Rusia y Ucrania a medida que las hostilidades se vayan apagando será crucial.
Puerto seguro
Los daños a la propiedad y a la vida humana, así como los crímenes de guerra documentados, muy probablemente darán lugar a importantes reclamaciones legales de posguerra contra Rusia y contra rusos individuales.
Sin duda, Rusia exigirá inmunidad por sus crímenes y los de sus ciudadanos, pero Ucrania y los ciudadanos ucranianos tendrán acceso a foros extraterritoriales para presentar demandas civiles y penales contra Rusia.
En resumen, es difícil imaginar un mundo en el que los responsables políticos rusos se sientan seguros moviendo dinero al extranjero o incluso saliendo del país. Parte de esta debilidad, aunque no toda, podría remediarse mediante negociaciones.
Ayuda del exterior
La garantía internacional de la independencia y la seguridad de Ucrania será un crucial escollo en cualquier negociación.
Aunque Ucrania parece estar en estos momentos en superioridad militar, un alto el fuego prolongado podría permitir a Rusia reconstruir sus fuerzas y volver a amenazar con una invasión. Por lo tanto, es probable que Ucrania necesite una garantía externa de su seguridad. De hecho, el presidente Zelensky declaró ayer por la mañana que Ucrania solicitará el ingreso en la OTAN. Será difícil para Moscú digerir tal promesa, dado que Rusia ha citado el ingreso en la OTAN como uno de sus proclamados casus belli.
Aunque el ingreso en la OTAN no es obligatorio (ni siquiera está garantizado), los únicos garantes que Ucrania aceptaría son otros miembros de la OTAN, por lo que cualquier promesa implicaría efectivamente a la alianza en la protección de Ucrania. El problema puede ser irresoluble, pero si Ucrania sigue ganando en el campo de batalla, Rusia puede ser impotente para restringir la influencia diplomática de Ucrania.
Sanciones
Las graves repercusiones del amplio régimen de sanciones impuesto a Rusia se están haciendo patentes. Incluso con la aparición de nuevos mercados en Asia y África, el futuro de la economía rusa parece sombrío si no se relajan significativamente estas sanciones. Rusia ha instado a que se incluyan las sanciones en cualquier acuerdo negociado, pero Moscú se encuentra en una situación difícil porque necesita hablar con muchos gobiernos occidentales, además de con Kiev, antes de que su situación pueda mejorar. La mayoría de las capitales occidentales tienen sentimientos fríos hacia Rusia, y las sanciones son más sencillas de aplicar que de levantar.
A menos que Rusia haga grandes sacrificios en otros ámbitos, será muy difícil negociar el régimen de sanciones. Uno de los legados más duraderos de la guerra puede ser el régimen de sanciones.
¿Cuándo dejarán de combatir Rusia y Ucrania?
Teniendo en cuenta todos estos factores, es difícil llegar a otra conclusión que no sea la de que las discusiones serán extremadamente difíciles. Es probable que Rusia y Ucrania tengan dificultades para encontrar una tercera parte que facilite las largas negociaciones necesarias para poner fin a esta guerra. Zelensky y Putin se enfrentarán a dificultades extremas para superar la oposición interna a las concesiones, especialmente el primero, a la luz del precio pagado por ambas partes hasta ahora. Está muy bien abogar por las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia, pero es importante reconocer los retos que hay en el camino.