Un cohete ruso que transportaba un satélite iraní fue lanzado con éxito al espacio el martes, provocando la preocupación por la seguridad nacional y la inteligencia de Israel y Occidente.
El satélite de teledetección, llamado “Khayyam”, fue lanzado por un cohete ruso Soyuz desde el cosmódromo de Baikonur, sede de los lanzamientos espaciales rusos situada en el sur de Kazajistán, a las 08:52 horas de Moscú (0552 GMT) del martes, según un vídeo difundido por la agencia espacial rusa Roscosmos en YouTube.
A los funcionarios israelíes les preocupa que la última cooperación espacial entre Moscú y Teherán aumente las capacidades de Irán para lanzar potencialmente misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares en el futuro, así como para mejorar su vigilancia de objetivos en el Estado judío y en toda la región.
Una preocupación adicional para Jerusalén podría ser que éste y futuros satélites ruso-iraníes reduzcan la capacidad de los espías israelíes para penetrar en la frontera de la República Islámica con operaciones que frenen su progreso nuclear.
Mientras tanto, a Estados Unidos y Occidente les preocupa que el satélite pueda ser utilizado por Moscú para potenciar sus capacidades de inteligencia en Ucrania.
Teherán ha rechazado las afirmaciones de Occidente, afirmando que Irán tendrá pleno control y funcionamiento sobre él “desde el primer día”, aunque esto no ha calmado las preocupaciones israelíes.
Irán afirma que el satélite está diseñado para la investigación científica, incluida la vigilancia de la radiación y el medio ambiente con fines agrícolas.
La organización espacial iraní ha recibido los primeros datos de telemetría enviados desde el satélite Khayyam.
¿Ruido blanco o preocupación por la seguridad?
Es la segunda vez en tres meses que Rusia hace ruido sobre su ayuda a Irán en el ámbito de la tecnología de satélites. Rusia ha tratado de estrechar sus lazos con Irán desde el 24 de febrero, cuando el Kremlin ordenó la entrada de decenas de miles de tropas en Ucrania.
En julio, el presidente ruso Vladimir Putin visitó Irán en su primer viaje internacional fuera de la antigua Unión Soviética desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania. Mientras estaba allí, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, dijo a Putin que Teherán y Moscú debían permanecer vigilantes contra el “engaño occidental”.
En anteriores crisis ruso-estadounidenses, el espacio había sido un campo en el que las partes encontraron la manera de mantener la cooperación y los fuertes lazos a pesar de las tensiones geopolíticas.
Roscosmos y la NASA firmaron recientemente un acuerdo para transportar mutuamente astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS), pero Moscú ha declarado su intención de abandonar la ISS en algún momento en el futuro.
A mediados de junio, The Washington Post informó de que Rusia se estaba preparando para proporcionar a Irán un satélite avanzado que le permitiría rastrear posibles objetivos militares en todo Oriente Próximo, lo que hizo temblar a gran parte de la región. El Post siguió con otro informe con preocupaciones similares la semana pasada.
Funcionarios israelíes anónimos dijeron a la KAN a mediados de junio que estaban preocupados por el informe, mientras que los funcionarios estadounidenses en público hicieron poco por disipar el misterio que rodea el asunto.
Además, los funcionarios estaban preocupados por la posibilidad de que Teherán adquiriera las fotos y las pasara a proxies como Hezbolá y Hamás para aumentar la precisión y la eficacia de su poder destructivo.
Putin había calificado el informe de “basura”, pero el líder ruso rara vez admite las acciones controvertidas que ordena.
El informe de mediados de junio había dicho que el nuevo satélite permitiría “la vigilancia continua de instalaciones que van desde las refinerías de petróleo del Golfo Pérsico y las bases militares israelíes hasta los cuarteles iraquíes que albergan a las tropas estadounidenses”, citando tres fuentes no identificadas -un funcionario actual y otro anterior de Estados Unidos y un alto funcionario del gobierno de Oriente Medio- informadas sobre la venta.
Aunque el Kanopus-V del que se informó a mediados de junio se comercializa para uso civil, aparentemente similar al Khayyam, los funcionarios del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos de Irán habrían realizado varios viajes a Rusia desde 2018 para trabajar en la cooperación espacial ruso-iraní.
Además, el informe dijo que expertos rusos viajaron a Irán esta primavera para entrenar a las tripulaciones que operarían el satélite desde una instalación recién construida cerca de Karaj, al oeste de Teherán.
El informe sobre el satélite de mediados de junio decía que contaría con hardware ruso, “incluida una cámara con una resolución de 1,2 metros, una mejora significativa respecto a las capacidades actuales de Irán, aunque todavía muy lejos de la calidad alcanzada” por los satélites espía estadounidenses o israelíes.
El CGRI anunció en abril de 2020 que había puesto en órbita con éxito el primer satélite militar del país. Esto llevó al ex secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo a exigir consecuencias ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
En una rueda de prensa celebrada en junio, la portavoz adjunta del Departamento de Estado estadounidense, Jalina Porter, respondió a una pregunta sobre la cooperación entre Rusia e Irán en materia de satélites sin adoptar una posición clara. Estados Unidos aún no ha comentado el último lanzamiento ruso-iraní.
El jefe del programa espacial israelí, el general de división (reservista) Isaac Ben-Israel, no se mostró preocupado por las preocupaciones del informe de mediados de junio, diciendo que carece de importancia estratégica.