Que yo sepa, el único lugar del mundo libre donde un puñado de jueces y fiscales no responden de sus actos ante nadie es Israel. Sin embargo, a día de hoy, el Tribunal Supremo israelí tiene la costumbre de anular leyes que han sido aprobadas por la Knesset israelí, cuyos miembros fueron debida y justamente elegidos. No debería haber lugar para una “dictadura judicial” como esta en una sociedad libre y justa.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Oficina Federal de Investigación (FBI) se han convertido esencialmente en una extensión del Partido Demócrata y están utilizando un claro doble rasero en sus acusaciones y procesamientos. Con una mayoría republicana, sin embargo, esto podría impugnarse y modificarse. Por el contrario, el actual sistema israelí carece de Constitución y garantiza que el poder judicial y la fiscalía permanecerán inalterados independientemente de quién gane las elecciones a la Knesset.
La extrema izquierda israelí, por ínfima que sea en número, cuenta con algunos partidarios ignorantes entre la comunidad general y es notablemente ruidosa y contestataria. Se comportan así porque les preocupa verse aún más debilitados si sus amigos judiciales se ven obligados a aceptar cambios elaborados mediante un proceso más democrático y neutral.
Su total falta de preocupación por la seguridad de Israel queda demostrada por su campaña para ejercer una presión antiisraelí masiva en todo el mundo sobre el gobierno legítimamente elegido de Israel. De este modo, ignoran la realidad de que serán ellos quienes sufran las repercusiones de su actual martilleo al Estado de Israel en caso de que vuelvan a ganar el poder en una de las próximas elecciones.
A los antisemitas de extrema derecha, de extrema izquierda y del Islam radical les importa un bledo si eres un poco o mucho judío; intentarán destruir a cualquiera que se interponga en su camino porque, como todo el mundo, quieren más dinero, poder, control, conexiones, etc.
Recemos para que triunfe el buen juicio y el futuro sea más brillante que el presente.