A principios de esta semana, el director de Shin Bet, Nadav Argaman, advirtió contra la intromisión de un país extranjero en las elecciones de abril, difundiendo información falsa en las redes sociales o violando las computadoras que procesan la información de la votación. Su declaración llegó a los titulares, pero parece que esto debería ser el último en nuestra lista de preocupaciones con respecto a la posible intervención en las próximas elecciones.
¿Cómo pueden los elementos rusos realmente intervenir en las elecciones israelíes?
Las agencias de inteligencia estadounidenses describen los métodos de los hackers rusos, a través de los cuales Moscú trató de influir en las elecciones estadounidenses de 2016, como si tuvieran tres etapas. El primero fue disfrazarse de estadounidenses y difundir información falsa en las redes sociales. Fue una operación primitiva, utilizaron un inglés deficiente y las llamadas piezas informativas que publicaron fueron exageradas y en realidad no tuvieron ninguna influencia en el público estadounidense.
El segundo movimiento fue tecnológico: había evidencia concreta para probar que los expertos rusos de alta tecnología intentaron ingresar al sistema de conteo de votos. Sin embargo, estos fueron intentos aleatorios, poco sofisticados y en gran parte sin éxito.
Solo la tercera estrategia tuvo algún efecto: los hackers rusos pudieron robar una colección de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata de sus servidores, incluida la correspondencia de Hillary Clinton. Enviaron esta información a sitios web anarquistas y causaron algunos daños, pero seguramente esto no fue lo que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca.
De estas tres estrategias, solo la primera es probable que se utilice en las elecciones israelíes.
El verdadero peligro de engañar al público radica en las campañas israelíes, totalmente hechas en casa, creadas en la imaginación salvaje de una multitud de asesores de relaciones públicas. ¿Fueron los rusos quienes en 2015 publicaron un video de Benjamin Netanyahu diciendo que «los votantes árabes van a las urnas en masa»? ¿Los bots rusos inundaron las mesas de votación con notas que decían «Un Mizrachi vota por un Mizrachi»? Y no olvidemos que la “madre árabe” del fallecido presidente Shimon Peres, fue inventada mucho tiempo antes de que internet abriera las campañas.
La manipulación y la demagogia en los procesos electorales son tan antiguas como las elecciones mismas. La tecnología y la protección cibernética no ofrecen una verdadera disuasión. Solo tenemos que utilizar nuestro cerebro y pensar de forma independiente, y abordar cualquier información que se propague por una campaña u otra como sospechosa hasta que se demuestre lo contrario. Si de hecho se puede probar lo contrario.
Todos debemos pensar antes de votar.