El domingo, Israel celebró 20 años desde que retiró su ejército del Líbano, en una decisión histórica tomada por el entonces Primer Ministro Ehud Barak.
El Estado judío ingresó a Líbano como parte de la Operación Paz en la Galilea en 1982 (a menudo llamada la Primera Guerra del Líbano), destruyendo con éxito las bases terroristas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y expulsando a sus líderes del país.
En 1985, Israel se retiró al río Litani, en el sur del Líbano, creando una zona de seguridad israelí que en los 15 años siguientes se convirtió en una región de conflicto armado entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el Ejército del Líbano Meridional (SLAF), esencialmente una milicia cristiana que luchó junto a Israel, y la recién creada organización terrorista chiíta Hezbolá, un representante iraní.
Durante la presencia de Israel en el sur del Líbano, el país perdió 414 soldados, murieron cientos de combatientes del SLA y más de 1.000 miembros de Hezbolá.
El 24 de mayo de 2000, durante una operación acelerada, Israel se retiró a su último soldado. En ese momento, el Gobierno israelí fue duramente criticado por algunos sectores por “abandonar” el ejército del Líbano meridional, ya que muchos de sus miembros huyeron a Israel, dejando a algunos de ellos atrás sus familias y propiedades.
Dos días después de su retirada, el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pronunció su infame discurso de la “telaraña”, equiparando la durabilidad de la sociedad israelí con la de las telarañas. “Mis queridos hermanos, les digo que Israel, que tiene armas nucleares, es más débil que una telaraña”, citado en Haaretz.
Desde la retirada se han producido breves conflictos entre Israel y Hezbolá a lo largo de la frontera israelí-libanesa, con la excepción de la guerra del Líbano de 2006, que duró 34 días, durante los cuales las FDI estimaron que murieron 121 soldados de las FDI y unos 500 a 700 soldados de Hezbolá.