Esta semana, las fuerzas del gobierno sirio perpetraron una masacre de cuatro días contra la minoría drusa en Suweida, una ciudad drusa situada en el sur de Siria. Se estima que alrededor de 300 drusos fueron asesinados en una serie de atrocidades bárbaras cometidas por tropas leales al nuevo presidente sirio, Abu Mohammed al-Julani.
En el norte de Israel residen aproximadamente 150,000 drusos. Son ciudadanos israelíes leales y valientes. Muchos han servido en las Fuerzas de Defensa de Israel, y varios han perdido la vida al servicio del Estado judío. Las comunidades drusas también cumplen una función estratégica como zona de contención para Israel en los Altos del Golán y en territorio sirio.
Como consecuencia, Israel intervino en Siria para protegerlas. Las FDI llevaron a cabo decenas de ataques aéreos contra convoyes de tropas del gobierno sirio y atacaron tanto la sede del ministerio de Defensa en Damasco como instalaciones cercanas al palacio presidencial. Bajo esta presión, se alcanzó un alto el fuego y las fuerzas sirias se retiraron de Suweida.