Israel intentará pasar por alto la entrega de Rusia de un sistema de defensa aérea s-300 a Siria. Pero si ese sistema desafía a los cazas israelíes, los israelíes lo destruirán.
La entrega por parte de Rusia al régimen de Bashar Assad del sistema S-300, lleva un mensaje adjunto. Esa entrega sigue al derribo, por fuego amigo, de un avión de inteligencia ruso y la pérdida de 15 tripulantes rusos. Sucedió a manos de un equipo de defensa aérea operada por sirios, que usaban un sistema de defensa aérea inferior. Los sirios dispararon contra el avión ruso en la creencia errónea de que era israelí.
Aunque la entrega de S-300 podría parecer una escalada importante del conflicto, no cambiará las cosas para Israel. Los israelíes seguirán apuntando a las mismas plataformas militares en Siria a las que ha estado apuntando desde hace años; a saber, la Guardia Revolucionaria iraní, el Hezbolá libanés y las fuerzas de Assad que se dedican a las transferencias de misiles y otras actividades que Israel considera como una amenaza crítica.
Putin reconoce lo mismo.
El líder ruso sabe que los israelíes no cesarán sus actividades por el simple hecho de que enfrenten una amenaza mayor. Y es por eso que le ha dado a Assad un sistema S-300 en lugar de un sistema S-400, más avanzado. Putin sabe que el S-400 supondría una amenaza importante para las tripulaciones aéreas israelíes. Israel puede mitigar el impacto de los S-300 con una serie de actividades de guerra electrónica. Además, Putin está casi seguro de imponer restricciones a los sirios en términos de dónde colocan los S-300 y cómo lo operen.
Putin no quiere que un caza israelí sea derribado por un S-300, o peor aún, un ataque israelí que destruya los S-300. Eso no es debido a algún dilema moral por parte de Putin, él simplemente quiere prevenir otro incidente de fuego amistoso, entrega los S-300 para enviar un mensaje más amplio a otros actores alrededor del mundo, que él no es un hombre que pueda ser presionado. Con la presión sobre el aumento a Moscú en relación con sus ataques de armas químicas en Gran Bretaña, Putin quiere desalentar la opinión de que está en una posición de debilidad. La entrega de los S-300 alimenta así la narrativa sustentadora de disuasión de Putin de que el ruso está dispuesto a desafiar a cualquier adversario.
En última instancia, sin embargo, esta entrega no cambiará mucho. Israel seguirá comprometido con sus intereses en Siria, Rusia en lo suyo, y Assad e Irán seguirán restringidos.