Las potencias occidentales acusan a Irán de suministrar drones a Rusia para su guerra contra Ucrania, y los analistas afirman que esta cooperación militar es de gran interés para Teherán en un momento delicado para su liderazgo teocrático.
Estados Unidos ha denunciado como “atroz” el uso de drones iraníes por parte de Rusia después de que los residentes de Kiev y otras ciudades se vieran sacudidos por una serie de ataques recientes.
Ucrania ha afirmado que ya se han utilizado unos 400 drones iraníes contra la población civil de Ucrania, y que Moscú ha encargado unos 2.000. Teherán ha rechazado las acusaciones.
Irán y Rusia, ambas antiguas potencias imperiales que durante siglos se disputaron el dominio de la región del Mar Caspio, mantienen desde hace tiempo una relación muy matizada y delicada, marcada por la rivalidad y la cooperación.
Ganar a Rusia como aliado cercano es aún más atractivo para los dirigentes de Irán, que se enfrentan a protestas sin precedentes en su país, mientras que pueden contar con Moscú para hacer la vista gorda ante cualquier represión.
Pero el uso por parte de Rusia de drones iraníes contra Ucrania marcaría un hito clave en la cooperación, contrarrestando en cierta medida el suministro de drones altamente eficaces por parte de Turquía a Kiev, que ha irritado a Moscú.
Gran publicidad
“Irán podría muy bien ver el uso de sus drones contra Ucrania -respaldado por Estados Unidos y la OTAN- como una forma de golpear a Occidente en su propio patio trasero”, dijo Eric Brewer, director del Programa de Seguridad de Materiales Nucleares de la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear, con sede en Washington.
“Irán puede ver la destrucción causada por sus drones en Ucrania como un recordatorio y una advertencia para EE.UU., Israel y los Estados del Golfo sobre lo que Irán podría hacer si alguna vez ataca”.
Y añadió: “Es una gran publicidad para los drones y el hardware militar iraní para futuros clientes”.
Los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), un grupo de oposición iraní proscrito en Irán, denunciaron que Teherán tenía un contrato de venta con Rusia para suministrar varios drones ofensivos, entre ellos el Shahid 129, el Mohajer 6 y los drones suicidas Shahid 136 y Shahid 131.
“Los envíos de drones son enviados semanalmente por aviones de carga militares rusos”, dijo el MEK en un informe.
Los aviones aterrizan en el aeropuerto de Mehrabad, en Teherán, y luego se trasladan a la adyacente base militar de Qadr de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC) para ser cargados con drones.
Se afirma que, antes del viaje del presidente Vladimir Putin a Teherán en julio de 2022, los aviones militares que habían transportado los todoterrenos negros del séquito de Putin volvieron a Rusia con el cargamento de drones.
La AFP no pudo verificar inmediatamente las afirmaciones del informe.
Seguir preocupados
Colin Clarke, director de investigación del Grupo Soufan, una consultoría privada de inteligencia y seguridad, dijo a la AFP que “los detalles y la situación exacta de una importante venta rusa de sistemas de combate a Irán no se conocen en este momento”.
Dijo que hasta la invasión rusa de Ucrania, Moscú había querido “parecer cooperativo” con los esfuerzos internacionales para revivir el acuerdo de 2015 sobre el acuerdo nuclear iraní y persuadir a Teherán para volver al acuerdo.
Dijo que Moscú sí completó una venta a Irán de su sistema de defensa aérea S-300 con entrega en 2016. “Pero desde entonces Moscú no ha vendido a Teherán nuevos tanques, aviones de combate, barcos u otros sistemas de combate importantes”, dijo.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que no confirmaría los informes de que Teherán también podría enviar misiles balísticos de corto alcance a Rusia, pero que estaba “preocupado por el potencial” de Irán para proporcionar a Rusia misiles tierra-superficie.
La cooperación podría funcionar también en ambos sentidos: los informes de septiembre sugerían que Irán estaba interesado en comprar aviones de combate rusos Sukhoi-35, en lo que sería un paso lógico dado el destartalado estado de su propia fuerza aérea.
“El ejército iraní está en un estado patético”, dijo Pierre Razoux, director académico de la Fundación Mediterránea de Estudios Estratégicos (FMES).
Dijo que parte del material tenía medio siglo de antigüedad y había pasado por la guerra entre Irán e Irak. El ejército tenía que modernizarse, pero las sanciones lo limitaban, por lo que estaba “reducido al trueque”, añadió.
La atención se centrará en estos esfuerzos.
Citando a funcionarios saudíes y estadounidenses, The Wall Street Journal informó el miércoles de que Arabia Saudita había compartido información de inteligencia con Estados Unidos advirtiendo de un inminente ataque de Irán contra objetivos en el reino en un intento de desviar la atención de las protestas.
Ivan Klyszcz, investigador del Instituto de Política Exterior de Estonia, declaró a la AFP que Irán había decidido “ponerse abiertamente del lado de Rusia” al no existir ya ninguna perspectiva de cooperación con Occidente.
“En este sentido, los riesgos son bajos”, dijo Klyszcz. “Integrarse más con Rusia en materia económica y militar podría valerles más que mantener la esperanza de un nuevo acuerdo con Occidente. Y -dada la guerra- Rusia está encantada de complacerles”.