La advertencia sobre los planes iraníes de llevar a cabo atentados se mantendrá en el futuro inmediato y hasta que los posibles atacantes sean detenidos o abandonen Turquía.
Esto todavía no ha ocurrido. En los últimos días, se han frustrado varios atentados, pero la amenaza continúa. La amenaza no solo preocupa a los israelíes, sino también a los turcos, porque les obliga a invertir un tremendo esfuerzo, que incluye mano de obra, inteligencia y dinero, en la persecución de células terroristas en Estambul.
Este esfuerzo, que solamente está parcialmente al descubierto, se centra en los lugares de ocio centrales de la ciudad, así como en los hoteles populares entre los turistas israelíes. Los turcos, según sus interlocutores en Israel, han demostrado que se toman en serio el esfuerzo. Entienden perfectamente que se trata de algo más que de unos frágiles lazos con Israel, sino de su buen nombre y de una importante fuente de ingresos: el turismo que llega al inicio de la temporada de verano.
En los últimos días, se ha realizado un considerable esfuerzo para localizar y cartografiar a los israelíes que han decidido ignorar las advertencias contra los viajes a Turquía. Resulta que la mitad de ellos vuelan al país para hacer una conexión y no salen del aeropuerto. Para estas personas, la advertencia de viaje es irrelevante porque el aeropuerto está bien protegido. El otro grupo está formado por turistas, una gran parte de los cuales se dirigen a Turquía para someterse a diversos tratamientos, como trasplantes de cabello y otros tipos de cirugías estéticas. Como estos procedimientos se reservan con antelación, estos israelíes temen que su tratamiento se vea afectado negativamente si lo cancelan y, por tanto, han decidido volar de todos modos. Aun así, la advertencia ha tenido un impacto. Estos turistas médicos pueden volar a Estambul, pero se apresuran a regresar a su hotel después de su tratamiento y dejan pasar la oportunidad de disfrutar de las vistas de la ciudad.
En el esfuerzo por frustrar un ataque, se está desarrollando un fascinante juego mental entre Israel e Irán. Esto incluye la decisión de revelar la identidad del oficial que está tramando los ataques terroristas contra los israelíes en Turquía. El jefe de la unidad de inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Taib, tiene un largo historial de actividad terrorista e intimidación tanto dentro como fuera de Irán. Los que le siguen la pista hablan de un comandante despiadado con tendencia a ir a por todas, incluso en este caso.
Las fuerzas de seguridad de Israel y Occidente conocen a Taib desde hace años. Es de suponer que también estaba bajo estrecha vigilancia. Pero la decisión de señalarlo públicamente como la figura que está detrás del suceso actual también pone una diana en su espalda.
Ni que decir tiene que ahora mirará detrás de su hombro cada vez que salga de su casa o vea pasar una moto por la calle. En un instante, ha pasado de perseguidor sin nombre y sin rostro a perseguido y debe esforzarse por seguir vivo.
La amenaza explícita del ministro de Defensa, Benny Gantz, de que Israel “se está preparando para responder con la fuerza ante cualquier amenaza a los ciudadanos israelíes en cualquier lugar” también tiene como objetivo hacerlo personal e infundir miedo a Taib y a sus colegas en Teherán.
En Israel, los funcionarios dejaron claro que en cuanto se neutralice la amenaza, ya sea mediante la detención de una célula terrorista o su huida, se anularán las advertencias de no viajar a Turquía. Podría tardar un día, y podría tardar muchas semanas. Todo depende de la determinación de los iraníes, del nivel de inteligencia y cooperación israelí-turca, y de bastante suerte.
Independientemente de cómo se desarrolle esto, y esperemos que termine sin un ataque, Irán seguirá buscando venganza.
La reciente serie de acontecimientos atribuidos a Israel en Teherán, tras los implacables ataques de la Fuerza Aérea israelí a los envíos de armas a Siria y el continuo pisar el agua en la cuestión nuclear, aseguran que, en lo que respecta a Irán, este verano va a ser abrasador.