Es alentador observar que apenas ha habido protestas de nivel subalterno en el mundo árabe por el reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre los Emiratos Árabes Unidos y el Estado judío de Israel. Un destacado observador del Oriente Medio dice que las protestas, incluso entre los palestinos comunes, han sido minúsculas. Los pueblos del mundo árabe ya no están “clamando” por una falsa unidad panárabe y panislámica.
Uno podría sugerir que Abu Dhabi y Jerusalén deben utilizar esta atmósfera para centrarse en la paz, el bienestar, el desarrollo, la educación y la igualdad en la región. Además, las dos capitales deben invertir en neutralizar la influencia de cualquiera de los elementos, como Hamás, la Autoridad Palestina, el gran muftí de la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, la Hermandad Musulmana, el régimen iraní y la presidencia turca, que han sido muy críticos con el tratado de paz entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel.
Fuentes bien informadas dicen que la conducta diplomática de Ankara bajo el presidente turco Recep Tayyip Erdogan es pura hipocresía. El jefe turco apoya el movimiento islámico dentro de Israel. Se presenta como un defensor de los palestinos y de la mezquita al-Aqsa. Hoy Turquía acoge a los operativos de Hamás contra Israel.
En línea con esto, el presidente Erdogan ha amenazado con cortar los lazos de su país con los Emiratos Árabes Unidos por el tratado de paz con Israel. Su portavoz Ibrahim Kalin dijo: “La historia no olvidará a los que traicionan al pueblo palestino y venden la causa palestina… Turquía seguirá apoyando al pueblo palestino”.
Pero la propia Ankara ha tenido una relación especial con Jerusalén. La historia contemporánea confirma que Turquía fue neutral durante la guerra árabe-israelí de 1948. Turquía fue el primer Estado musulmán en establecer lazos diplomáticos con Israel en 1949. Desde entonces ha sido muy complaciente con Israel. En 1951, Turquía se unió a las potencias occidentales para protestar contra la decisión de Egipto de negar a los barcos israelíes el paso por el Canal de Suez. En 1954, el entonces Primer Ministro turco Adnan Menderes pidió a los Estados árabes que reconocieran a Israel. En 1958, los líderes israelíes David Ben-Gurion y Golda Meir, junto con su entonces Jefe de Estado Mayor de las FDI, desembarcaron en Estambul en una histórica misión secreta destinada a mejorar la cooperación cultural y de inteligencia entre Jerusalén y Ankara. El Mossad abrió su estación en Turquía a principios del decenio de 1950.