Durante los últimos días, el sentimiento antiisraelí y antijudío se ha incrementado hasta alcanzar niveles de frenesí absoluto. Cada pocas horas emerge un nuevo acto de hostilidad.
En Londres, un conocido locutor judío fue perseguido por la calle por un individuo que gritaba “escoria sionista fascista”. Una mujer que cenaba en un restaurante judío de la ciudad fue interrogada sobre si era judía y luego le arrojaron comida.
En la isla griega de Rodas, una turba armada con cuchillos atacó a un grupo de adolescentes judíos. Unos 50 niños judíos franceses, que regresaban de un campamento de verano en España, fueron expulsados de un vuelo en el aeropuerto de Valencia después de que cantaron canciones en hebreo; el guía del grupo fue arrestado y arrojado al suelo.