El gobierno de Biden parece estar invirtiendo todo su capital político en revivir el acuerdo nuclear con los mulás gobernantes de Irán. El régimen iraní ha estado avanzando desafiantemente en su programa nuclear. Ha intensificado su enriquecimiento de uranio, con el trabajo en 1.000 centrifugadoras más. Está adquiriendo conocimientos irreversibles en el desarrollo nuclear mientras “negocia” con el P5+1.
Parece claro que el establishment teocrático de Irán solo está ganando tiempo para avanzar en su programa nuclear y ahora ha llegado al punto de estar cerca del umbral nuclear. Se cree que la República Islámica está a solamente unas semanas de obtener los materiales de grado armamentístico necesarios para un arma nuclear. El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, lo advirtió el 17 de mayo de 2022:
“Irán sigue acumulando conocimientos y experiencia irreversibles en el desarrollo, investigación, producción y funcionamiento de centrifugadoras avanzadas… Hoy en día, los precios para hacer frente al desafío iraní a nivel global y regional son más altos que hace un año y más bajos que dentro de un año”.
El New York Times también reconoció que el régimen está a solo unas semanas de ser nuclear:
“Irán se ha quedado a aproximadamente un mes de tener suficiente material para alimentar una sola arma nuclear, cruzando un umbral que puede aumentar la presión sobre Estados Unidos y sus aliados para mejorar los términos de un posible acuerdo para restaurar el acuerdo nuclear de 2015”.
Es totalmente contradictorio que el régimen iraní esté avanzando a gran velocidad en su programa nuclear mientras participa en las negociaciones mundiales, cuyo objetivo principal es, aparentemente, frenar el programa nuclear de la República Islámica.
Esta crisis se produce en un momento en el que más líderes iraníes han reconocido que el programa nuclear del régimen fue, después de todo, diseñado para fabricar armas nucleares desde el principio, y no para fines pacíficos, como ha afirmado el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El ex primer ministro iraní Ali Motahari declaró el 20 de abril de 2022:
“Hacer el enriquecimiento directamente crea la ilusión de que queremos fabricar una bomba… Desde el principio, cuando entramos en la actividad nuclear, nuestro objetivo era construir una bomba y fortalecer las fuerzas de disuasión, pero no pudimos mantener el secreto de este asunto, y los informes secretos fueron revelados por un grupo de hipócritas”.
El 29 de noviembre de 2021, el ex jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Fereydoon Abbasi-Davani, fue el primer funcionario iraní en admitir que su trabajo formaba parte de un “sistema” nuclear diseñado para desarrollar armas nucleares:
“Cuando el crecimiento integral del país comenzó a involucrar satélites, misiles y armas nucleares, y superó nuevos límites de conocimiento, la cuestión se volvió más seria para ellos”.
A pesar de estas revelaciones, lo único que parece hacer la administración Biden es apaciguar a los mulás para llegar a un acuerdo. El gobierno de Biden primero dijo a los líderes iraníes no solo que Estados Unidos estaba dispuesto a levantar las sanciones relacionadas con la energía nuclear, sino también que estaba considerando levantar las sanciones no relacionadas con la energía nuclear. A esto le siguió la primera concesión hacia el grupo de milicias representantes de Irán, los hutíes de Yemen.
Incluso cuando las pruebas -incluido un informe de las Naciones Unidas- mostraban que el régimen iraní estaba entregando armas sofisticadas a los hutíes en Yemen, la administración Biden suspendió algunas de las sanciones antiterroristas a los hutíes que había impuesto la administración Trump. Poco después, el 12 de febrero de 2021, la administración Biden revocó la designación de los hutíes como grupo terrorista. Unas semanas después, en junio de 2021, la administración Biden levantó las sanciones a tres exfuncionarios iraníes y a varias empresas energéticas. Luego, dio golpe al pueblo iraní y a los defensores de la democracia y los derechos humanos. Pocos días después de que el régimen iraní eligiera a un asesino en masa, Ebrahim Raisi, para ser su próximo presidente, la administración Biden anunció que también estaba considerando levantar las sanciones contra el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei.
Durante una audiencia crítica en el Senado el 25 de mayo de 2022, Robert Malley, el enviado especial del presidente Joe Biden para Irán, defendió los esfuerzos de la administración para revivir el acuerdo nuclear con los mulás gobernantes de Irán.
Aunque se ha informado de que la administración Biden no eliminará al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán de la lista de terroristas, Malley sugirió claramente que la eliminación del CGRI de la lista de terroristas no está fuera de la mesa:
“Habíamos dejado claro a Irán que si querían alguna concesión en algo que no estuviera relacionado con el JCPOA -como la designación de FTO- necesitábamos algo recíproco de su parte que abordara nuestras preocupaciones”.
Pero Malley declinó decir qué es lo que la administración está pidiendo al régimen iraní para eliminar a la CGRI de la lista de terroristas.
Malley también sugirió que la administración Biden presentará un borrador final del acuerdo nuclear al Congreso para su revisión. Sin embargo, lo más probable es que esta propuesta sea un intento de la administración Biden de apaciguar al Congreso para que baje la guardia. Recordemos que la administración de Obama, en la que Biden era vicepresidente, también dijo que el Congreso tendría la oportunidad de revisar el acuerdo nuclear. Pero Obama siguió adelante y llegó a un acuerdo con Irán sin la aprobación del Senado. El acuerdo nuclear se alcanzó a través de una orden ejecutiva, no a través del Senado.
Y más tarde, se reveló que la administración hizo múltiples acuerdos secretos con los mulás gobernantes de Irán. Uno de los acuerdos secretos consistía en permitir que el régimen iraní tuviera acceso a los dólares estadounidenses eludiendo las sanciones. “El gobierno de Obama engañó al pueblo estadounidense y al Congreso porque estaba desesperado por conseguir un acuerdo con Irán”, dijo el senador Rob Portman (republicano de Ohio), que presidía el panel del Senado que realizaba la investigación en ese momento. El gobierno de Obama también acordó en secreto eliminar las sanciones a varios bancos iraníes, entre ellos Bank Sepah y Sepah International. Además, según un informe anterior del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, con sede en Washington, el gobierno de Obama acordó “’en secreto’ permitir a Irán evadir algunas restricciones” en el último año del acuerdo nuclear. David Albright, ex inspector de armas de la ONU, declaró que “las exenciones o lagunas jurídicas se producen en secreto, y parece que favorecen a Irán”. Estos son solo algunos ejemplos de los tratos secretos efectuados con el régimen iraní para apaciguarlo.
Mientras “negocian” para llegar a un acuerdo nuclear, los mulás gobernantes de Irán siguen avanzando en su programa nuclear y se acercan a la obtención de una bomba nuclear, de los misiles para transportarla y de atacar y aparentemente, cuando sea posible, apoderarse de sus vecinos. El débil liderazgo de la administración Biden solamente está permitiendo que el régimen de Irán desestabilice aún más la región, a la vez que hace aún más difícil, con un acuerdo, que Irán rinda cuentas por el caos que bien podría estar planeando.