“Es demasiado viejo y le gusta fanfarronear, no sabe de lo que habla”, tuiteó el viernes Chen Weihua, del China Daily, refiriéndose al presidente Joe Biden.
El jueves, Biden dijo a Anderson Cooper de CNN que defendería a Taiwán. “Sí, tenemos el compromiso de hacerlo”, dijo el presidente, respondiendo a una pregunta sobre qué haría Estados Unidos si China atacara a la república insular.
El comentario despectivo de Chen confirma que la disuasión de Estados Unidos hacia China se está erosionando rápidamente.
“Biden ha sido todo menos claro”, escribió ABC News sobre las intenciones del presidente hacia Taiwán. Por el contrario, ha sido muy claro, en varias ocasiones.
El comentario de Biden a Cooper no fue un hecho aislado. En agosto, dijo a George Stephanopoulos, de ABC News, que Estados Unidos defendería a sus socios de la OTAN, Japón, Corea del Sur y Taiwán.
Si hay algo que no está claro, es la situación después de las aclaraciones de los funcionarios de la administración Biden: La secretaria de prensa Jen Psaki, el portavoz del Departamento de Estado Ned Price y el secretario de Defensa Lloyd Austin. Todos ellos se retractaron de las declaraciones de Biden a la CNN.
“Bueno, no ha habido ningún cambio”, dijo Psaki a los periodistas el viernes. “El presidente no estaba anunciando ningún cambio en nuestra política ni ha tomado la decisión de cambiar nuestra política. No hay ningún cambio en nuestra política”.
De hecho, hubo un cambio. La declaración definitiva de Biden supuso un marcado alejamiento de la política estadounidense de “ambigüedad estratégica” de hace décadas, la política de no decir ni a Pekín ni a Taipei lo que Estados Unidos haría en caso de conflicto inminente.
Ahora hay dos motivos de preocupación. En primer lugar, Biden, como Comandante en Jefe, hace política exterior. La Constitución no otorga ese poder a Psaki, Price o Austin. Pekín puede preguntarse -como deberían hacerlo los estadounidenses y otros- si Biden sigue al mando.
En segundo lugar, las aclaraciones instantáneas socavan la disuasión. La declaración de Biden fue clara e inequívoca, una advertencia a Pekín. Las aclaraciones, en cambio, dicen a China que Estados Unidos no se compromete a defender a Taiwán.
Las declaraciones de retroceso podrían hacer creer a Pekín que hay desacuerdos dentro de la administración Biden y que, en caso de crisis, algunos funcionarios tratarían de anular al presidente para bloquear una defensa estadounidense de Taiwán.
En resumen, los insultantes comentarios de Chen Weihua parecen estar cerca de la realidad.
La disuasión acaba de tener un mal día. Y también la Constitución de Estados Unidos.
Gordon G. Chang es autor de The Coming Collapse of China y The Great U.S.-China Tech War. Síguelo en Twitter @GordonGChang.