La generación de comandantes, de la que yo y otros oficiales del estado mayor formamos parte, se cortó los dientes en los wadis y las emboscadas en el cinturón de seguridad del sur del Líbano. Fue un período de tiempo que nos moldeó personal y profesionalmente, un período de tiempo que, en contra de la imagen, vio más que unos pocos éxitos operacionales, junto con fracasos y pérdidas de subordinados y comandantes por igual.
Una de las lecciones centrales de esa época es la capacidad de identificar e interpretar una situación determinada; identificar los patrones de comportamiento del enemigo y dar una respuesta militar digna. A lo largo de los años, el enemigo en el Líbano se hizo más sofisticado y adoptó gradualmente un estilo de guerra de guerrilla. A las FDI les llevó unos cuantos años diagnosticar y reconocer esto. También llevó tiempo reconocer la magnitud de la amenaza de los misiles y cohetes y darle el peso adecuado en términos de nuestra respuesta operacional y tecnológica.
En el plano operacional, esta es una lección clave: la necesidad de ser autocrítico y altamente introspectivo, para ayudar al ejército a adaptarse y adoptar nuevos métodos operacionales. La capacidad de ver la realidad cambiante y dar una respuesta relevante debe ser una forma de vida.
Las FDI se modifican a sí mismas con el tiempo, y el plan plurianual del ejército “Tnufa” (“Momentum”), que incorpora la importancia de adaptarse a los cambios, establece como objetivo la necesidad de mejorar en gran medida las capacidades de ataque del ejército. El plan se formuló después de un análisis exhaustivo y crítico del estado de nuestros enemigos en todos los frentes, definiendo a la mayoría de ellos como “ejércitos terroristas” fuertemente armados con misiles y cohetes. El plan ofrece una respuesta a estas amenazas, incorporando métodos y armas compatibles, racionalizando la cooperación entre las diversas ramas, entrenando a los comandantes y cultivando la moral y los valores.
La tecnología avanzada y la modernización facilitarán una mejora sustancial de las capacidades ofensivas de las FDI. Las FDI ya están preparadas, desde ahora, para cualquier escenario, y el día en que se dé la orden activarán todo su poderío dondequiera que el enemigo haya tomado posición, con énfasis en las zonas urbanas. Continuaremos monitoreando los cambios y amenazas, y continuaremos mejorando nuestras armas y capacidades.
En todo momento llevo conmigo la imagen de mis amigos que cayeron en suelo libanés, y abrazo a sus familias. También recuerdo y saludo a los combatientes del Ejército del Sur del Líbano, que lucharon hombro con hombro a nuestro lado. Es nuestro deber como nación recordarlos y ayudarlos. Recordar, reconocer el cambio y adaptarse a él, esta es la lección de nuestro servicio en el cinturón de seguridad. Es nuestra obligación profesional, nacional y moral.