El 92% del público árabe apoya la participación de la agencia de seguridad Shin Bet en los esfuerzos por frenar la delincuencia en la sociedad árabe. Así lo indica una amplia encuesta del Instituto de Investigación Stat que examinó el apoyo árabe al uso de tecnologías avanzadas utilizadas por el Shin Bet para recoger armas ilegales en el sector.
Los resultados de la encuesta contradicen los vientos que soplan desde la dirección política árabe y otras fuerzas radicales y señalan que los ciudadanos árabes de Israel exigen claramente gobernabilidad y muestran un apoyo inequívoco a la lucha del Estado contra la violencia en la calle árabe. Esto incluye el apoyo al uso limitado y puntual de tecnologías avanzadas de rastreo para recoger armas ilegales.
¿Por qué la opinión pública árabe exige tan claramente este doloroso tratamiento de su problema? Vemos esto como una expresión de la disposición de la sociedad árabe y su traducción en una decisión pública. No más acusaciones y no más demandas generales de acción por parte de las fuerzas del orden, sino más bien una discusión sobre los detalles y la importancia de la acción necesaria por parte de las fuerzas del orden y determinante: Sí, consideramos que la seguridad personal es una prioridad que está por encima de todas las demás. Sí, exigimos la aplicación de la ley y el orden, incluso mediante el uso de las tecnologías utilizadas por el Shin Bet para frustrar la actividad terrorista tanto de judíos como de árabes.
Si el Estado tiene a su disposición una excelente tecnología que ponga fin al constante derramamiento de sangre, limpie las calles de armas ilegales y luche decidida y eficazmente contra la desesperación, el terror y el dolor que se encuentran en nuestras familias, vecinos, amigos y conocidos, tiendas de luto, ¿a quién le importa para qué más se utiliza esta tecnología? ¿Y cómo podremos hacerlo exactamente sin ella?
El hecho de que el público árabe no prestara ayuda a los presos de seguridad que se fugaron de la prisión de Gilboa dejó perfectamente claro, independientemente de las declaraciones de los dirigentes árabes, lo que el público árabe siente por el Estado. Los resultados de la encuesta proporcionan una prueba más.
Ha llegado, pues, la hora del cambio. Esperamos que el Estado demuestre su gobernabilidad, que cumpla con sus obligaciones básicas hacia nosotros, que nos redima de la anarquía que cada vez más se apodera de nuestros espacios públicos, destruye nuestras comunidades y mata a nuestros hijos. Esperamos que frene la violencia y el crimen con las herramientas que tiene a su disposición. Hemos cruzado el Rubicón ensangrentado. Sin esta erradicación, no podemos vivir una vida democrática, segura y floreciente.
Lo esperamos porque la aplicación de la ley y el orden no se sostiene por sí sola, sino que es una condición de infraestructura complementaria y sinérgica necesaria para un cambio social y cultural más profundo. Estamos convencidos de que cuando el Estado coja por los cuernos al toro de la delincuencia y la violencia árabes, y la esperanza y la seguridad ocupen el lugar de la matanza, el miedo y la desesperación, habrá espacio también para otros procesos a largo plazo.
Por ejemplo, la profundización de la cooperación entre nuestras comunidades y el Estado, el establecimiento de marcos educativos informales para la juventud árabe que nos ayuden a luchar contra su sensación de falta de propósito, el establecimiento de iniciativas para guiarlos hacia la integración en la industria de la alta tecnología, y el restablecimiento de la vitalidad que conducirá a la realización del inmenso potencial que se encuentra en su interior y que está esperando a ser realizado.