Las declaraciones emitidas por el ex jefe de la inteligencia israelí Yossi Cohen hace unos días fueron asombrosas y desconcertantes, ya que reveló, con detalles, cómo Israel robó los archivos nucleares iraníes el 31 de enero de 2018, cómo llevó a cabo ataques explosivos y de sabotaje contra la instalación nuclear iraní de Natanz, y cómo amenaza a los científicos nucleares iraníes con asesinarlos, insinuando que, más recientemente, estuvo cerca de asesinar a Mohsen Fakhrizadeh cerca de Teherán en enero del año pasado.
Más asombrosa y extraña fue una declaración emitida por el propio Irán, no por Israel. El ex presidente iraní Mahmud Ahmadinejad no se limitó a hablar del robo de los archivos nucleares y de las explosiones y asesinatos, sino que reveló que “el funcionario de más alto rango contra el espionaje” era un espía israelí.
Más asombrosos aún fueron los comentarios oficiales de Irán sobre estos peligrosos asuntos. Fueron tímidos y ni siquiera estuvieron exentos de contradicciones, con Shahrokh Nazemi, el portavoz de la misión de Irán ante las Naciones Unidas, diciendo el sábado pasado que “los comentarios de Cohen reflejaban un patrón de largo plazo de sabotaje criminal contra Teherán que incluye el ataque del virus informático Stuxnet en Natanz hace más de una década”. Añadió que “amenazar a nuestros científicos nucleares con la muerte es una locura que no debe tolerarse”.
Mientras que las declaraciones de Shahrokh Nazemi son una clara admisión de lo que ha hecho Israel, fue extraño ver que las declaraciones del negociador nuclear iraní Abbas Araghchi eran contradictorias. Dijo: “Es una obra extremadamente infantil y ridícula”. Mientras tanto, Mohammad Marandi, un negociador iraní, dijo que “Israel ha fabricado pruebas”; sin embargo, el New York Times había citado a un funcionario israelí diciendo que los agentes del Mossad habían asaltado un almacén iraní en el que se guardaban los archivos del programa nuclear, ¡se llevaron los documentos originales y los pasaron de contrabando a Israel esa misma noche!
En el mismo contexto, el asesor del líder supremo Jamenei, Momeen Rezai, acusó a Israel de robar el archivo nuclear. Asimismo, el secretario del Consejo de Discernimiento de la Expedición, que depende directamente del Líder Supremo, Momeen Rezai, añadió: “¡El país ha sido ampliamente expuesto a violaciones de la seguridad y antes de eso, todo el archivo nuclear había sido robado, y algunos drones también vinieron y realizaron operaciones!”.
Lo que quizá sea más controvertido son las declaraciones de Ahmadineyad en las que sugiere que en Irán opera una cábala criminal de alto nivel, que esta cábala debe explicar su participación en el asesinato de científicos nucleares y en las explosiones de Natanz, y que robaron documentos importantes en Turouzabad y en la Agencia Espacial.
“¿Fue un simple papel que se embolsó antes de huir? ¿Fue un camión lleno de documentos? Si es así, ¿cómo consiguieron salir del país a pesar de todos los controles? ¿Cómo salieron del país tantos camiones cargados de documentos?”.
Ahmadinejad dice que la noticia fue ocultada a todos, excepto cuando los documentos nucleares llegaron a Israel y que los documentos de la Agencia Espacial estaban en la cabeza del gabinete de la organización. ¿Cómo, entonces, entraron por el techo, abrieron la caja fuerte y se llevaron los documentos?
Cohen había anunciado que los agentes israelíes estaban cerca del científico nuclear Mohsen Fakhri cuando fue asesinado. Añadió que, en algunos casos, Israel intenta disuadir a los científicos iraníes de participar en el programa nuclear de su país enviándoles mensajes en el sentido de que “si este científico está dispuesto a cambiar de profesión y a no perjudicar a Israel, no será objeto de ataques. Algunos entendieron este mensaje y otros no. Es una oferta que no se puede rechazar”.
Reveló que veinte agentes participaron en el saqueo del archivo, pero no reveló si todos eran israelíes.
Mahmud Ahmadinejad no se detuvo ahí, sino que continuó amenazando con revelar los secretos que parece haber adquirido durante su gestión en el Ministerio de Seguridad e Inteligencia tras la destitución de Haider Moslehi el 17 de abril de 2011.
En este contexto, Ahmadineyad continuó haciendo estas reveladoras declaraciones en línea, divulgando que, durante su mandato, Hassan Khojasteh Bagherzadeh, director de la emisora de radio La Voz de la República Islámica de Irán, dijo que el cuñado del líder Alí Jamenei planeaba viajar con su familia a Israel vía India, donde su estancia de dos semanas fue pagada por una empresa israelí. Sin embargo, Ahmadineyad afirma que despidió a Bagherzadeh del cargo que había ocupado de 1998 a 2014 y le impidió realizar el viaje.
Más sorprendente aún, en una confesión oficial realizada el martes, cuando el ex ministro iraní de Inteligencia, Ali Younesi, admitió que el Mossad israelí se había infiltrado en varios sectores estratégicos del país, subrayando que la vida de los funcionarios estaba en juego por ello.
En una entrevista concedida al sitio web iraní Jamaran, Younesi advirtió que los funcionarios del país deben velar por sus vidas, teniendo en cuenta que el Mossad ha penetrado en varios sectores. Afirmó que los servicios de seguridad persiguen a los leales en lugar de identificar a los infiltrados, y subrayó que las nuevas agencias creadas han debilitado el trabajo y la actuación del Ministerio de Inteligencia.
Se sabe que Younesi fue ministro de Inteligencia en el gobierno de Mohammad Khatami entre 1997 y 2005 y que el sitio web Jamaran está vinculado a Hassan Khomeini, nieto del primer líder supremo del régimen, afiliado a los reformistas.
Hace unos días, el New York Times informó de que un atentado tuvo como objetivo una instalación cerca de la ciudad de Karaj, en las afueras de Teherán, y que el sitio objetivo se utilizaba para producir las centrifugadoras utilizadas en las instalaciones de Fordow y Natanz. Sin embargo, lo interesante es que el periódico dijo que el ataque fue llevado a cabo por un pequeño dron de cuatro ruedas que despegó desde el interior del país, en un momento en que Naftali Bennett, el primer ministro de Israel, aludió al papel de Israel en el ataque.