Desde la semana pasada, el Estado ruso se ha movilizado, o al menos se ha movilizado parcialmente, para responder a las exigencias de la guerra en Ucrania.
Anunciada durante una declaración televisada por el presidente ruso Vladimir Putin, se espera que la movilización parcial de las reservas rusas proporcione 300.000 soldados a las unidades rusas que luchan en los frentes de Ucrania.
Pero hay algunos problemas tanto con el proceso de movilización como con los reservistas movilizados.
El lamentable estado de la movilización rusa
Movilizar un país para la guerra no es una tarea fácil. No es fácil que hombres con familia y trabajo vuelvan a ponerse el uniforme en un chasquido de dedos.
Los países que lideran las movilizaciones, como Estonia y Finlandia, comprenden las complejidades de un proceso tan importante y ensayan los procedimientos con frecuencia para resolver cualquier problema en el ámbito militar, pero también para preparar a la población para las realidades de una movilización.
Pero Rusia no es un país así. Y la movilización de 300.000 soldados amenaza con romper las capacidades logísticas del ejército ruso.
Hay varios incidentes en los que los reservistas movilizados han tenido que esperar días para llegar a su base de entrenamiento o han tenido que esperar días allí sin hacer nada más que emborracharse y pelearse entre ellos.
En todo este tiempo, el ejército ruso no ha estado preparado para admitir a tantas tropas en sus filas.
El lamentable estado de las reservas rusas
El ejército ruso sigue recibiendo una paliza en Ucrania, y la perspectiva de nuevas tropas de las reservas parcialmente movilizadas no es muy brillante. Según los informes y las evaluaciones de los servicios de inteligencia, las reservas rusas movilizadas se encuentran en un estado muy lamentable, y están recibiendo un entrenamiento y un equipamiento terriblemente inadecuados antes de ser enviadas al frente.
De hecho, las imágenes de los campos de entrenamiento muestran a oficiales y soldados rasos de alto rango instruyendo a los reservistas movilizados para que lleven o pidan a sus familias que les envíen esencialmente todo lo que necesitarían en una situación de combate, además de sus armas y municiones. La lista incluye artículos como sacos de dormir, mantas, torniquetes, pastillas para la diarrea, botiquines de primeros auxilios, botas, cuchillos e incluso tampones para supuestamente detener la hemorragia de las heridas de bala.
La incapacidad del ejército ruso para atender a los reservistas movilizados era de esperar. Al fin y al cabo, Moscú no ha sido capaz de abastecer a sus tropas en servicio activo, que están teniendo que buscar necesidades básicas como botas, comida e incluso botiquines de primeros auxilios.
Se supone que la decisión de Putin de movilizar parcialmente a su país y llamar a 300.000 reservistas dará al ejército ruso el impulso de mano de obra que tanto necesita para alcanzar algunos de sus objetivos en Ucrania. Sin embargo, puede que al final no sea así, y la movilización parcial tiene todo el potencial de volverse en contra de Moscú.