La salud del líder norcoreano Kim Jong Un es un tema de gran interés tanto para los profanos como para los analistas de la evolución política y de seguridad de la península coreana. Más que un simple periodismo sensacionalista, cualquier noticia sobre la salud del Líder Supremo suscita tal interés porque Kim Jong un es el líder de un país dotado de armas nucleares, en el que cualquier inestabilidad podría acarrear un importante reto de seguridad.
Esto también lleva naturalmente a especular sobre lo que podría suceder si Kim Jong Un falleciera repentinamente. Es difícil hacer cualquier tipo de predicción autorizada sobre lo que podría ocurrir en tal escenario, dada la importante falta de información. Sin embargo, existen algunas certezas relativas que pueden, al menos, ayudar a enmarcar el análisis de la cuestión.
La más notable es la naturaleza dinástica de los dirigentes norcoreanos. Tres generaciones sucesivas de la familia Kim han dirigido Corea del Norte, y es casi seguro que la continuación de esta tendencia sigue siendo el plan para el futuro. Por lo tanto, lo más seguro es que otro miembro de la dinastía Kim sea elegido para dirigir el país en ausencia de su actual gobernante.
Sin embargo, el número de candidatos es limitado. Kim Jong un ya ha reducido las filas de su propia familia desde que llegó al poder en 2011, habiendo purgado a su tío Jang Song-thaek en 2013 y ordenado el asesinato de su hermanastro Kim Jong nam en 2017. Kim Jong Un tiene un hermano superviviente, el mayor de los Kim Jong chul, aunque es poco probable que surja como candidato a la sucesión: el padre de ambos, Kim Jong il, lo descartó para sucederle y, al parecer, nunca ha mostrado propensión al liderazgo ni ha demostrado las características que cabría esperar de un líder de un país como Corea del Norte.
Se cree que Kim Jong un tiene al menos tres hijos con su esposa Ri Sol-ju, y se cree que el mayor es varón. Sin embargo, se cree que el primogénito de Kim solo tiene unos diez años y casi no existe ninguna otra información pública sobre él. El secreto que rodea a los hijos de Kim no es inusual, pero es probable que pasen varios años antes de que el mayor de los hijos de Kim Jong-un asuma algún tipo de papel público. Esto lo convierte en un candidato poco probable para la sucesión en un futuro próximo, incluso si es probable que sea el heredero aparente a largo plazo.
Sólo queda la hermana de Kim Jong-un, Kim Yo jong, que en los últimos años ha asumido un papel mucho más visible dentro del liderazgo norcoreano. Gran parte de este papel ha girado en torno a los asuntos exteriores, y ha incluido tanto esfuerzos diplomáticos de alto perfil como actividades más rimbombantes. Aunque la carrera de Kim Yo jong ha sufrido altibajos -incluido un reciente descenso del politburó del Partido de los Trabajadores de Corea-, sigue siendo una figura muy influyente en la política norcoreana por sus vínculos y su acceso a Kim Jong-un. Sin embargo, Corea del Norte sigue siendo una sociedad muy patriarcal y no está claro cómo sería recibida Kim Yo jong si asumiera el poder. Aun así, al menos desde una perspectiva dinástica, Yo jong es quizá la opción más inmediata para la sucesión.
Sin embargo, existe otra posibilidad que implica algo parecido a una mayordomía que se mantendría hasta el momento en que el hijo de Kim Jong un se considere preparado para asumir el poder. Recientemente se ha revelado que uno de los resultados del Octavo Congreso del Partido de Corea del Norte, celebrado el pasado mes de enero, fue la creación de un nuevo cargo de “primer secretario” que podría equivaler a un número dos de facto dentro del régimen norcoreano. Si bien esto puede ser la continuación de una tendencia que ha visto a Kim, ahora muy seguro de su autoridad, delegar más responsabilidades en sus subordinados, también es posible que el cargo se haya creado con vistas al futuro como una medida de emergencia en caso de que Kim quede incapacitado.
Sea lo que sea lo que acabe ocurriendo en caso de muerte repentina de Kim Jong Un, será sin duda un periodo de gran tensión y ansiedad mientras Corea del Norte -y el resto del mundo- hacen balance.