Solo de los israelíes, al parecer, se espera que conduzcan la guerra de acuerdo con las caballerosas Reglas del Marqués de Queensbury.
1- Mientras los israelíes se enfrentan al Vientre de la Bestia, no deben hacer daño a los “civiles inocentes”.
2 – Alrededor del 85% de esos “inocentes” votaron a Hamás. ¿Cómo se convirtió esa multitud en una especie protegida como la tortuga Carey?
Se sabe que, a lo largo de los años, han vitoreado los atentados terroristas domésticos contra civiles israelíes y han celebrado el 11-S como un día festivo.
Los israelíes están luchando por sus vidas, sus hogares, sus hijos, su historia, su futuro, su país… y casi nadie llora por ellos como especie en peligro.
No hay gazatíes inocentes. ¿Encontraría Abraham 50? Digamos, ¿40… o ni siquiera 10?
Solo Israel es puesto a prueba por los daños colaterales… ¿El bombardeo a Dresde? ¿La bomba de Hiroshima?
3 – Los israelíes deben dejar de ganar y acordar un alto el fuego inmediato por el bien de los gazatíes desplazados por los combates.
4 – Solo se preocupan por los árabes. Ni una palabra sobre los israelíes de la frontera con Gaza, miles de desarraigados y desplazados desde el 7 de octubre.
Ni una palabra sobre ellos de Antony Blinken ni de los medios de comunicación. A nadie le importan los judíos. Para los árabes, todo el mundo se preocupa.
De hecho, los israelíes a lo largo de la frontera con Gaza, desde 2007, se pasan la vida huyendo de misiles, globos dinamitados y cometas incendiarias. Y tienen solo 15 segundos para llegar a un refugio antibombas.
La mayoría de los dirigentes se encogieron de hombros.
5 – Blinken, obviamente hablando por sí mismo, y por Biden, y por Obama, está a favor de una solución de dos Estados. Dice que los árabes palestinos merecen un lugar donde puedan vivir pacífica y democráticamente.
¿Qué mundo es ese? Los árabes palestinos nunca han vivido en paz con nadie. Jamás.
Los echaron de Túnez. Los echaron de Jordania. Los expulsaron del Líbano… todo eso después de que cometieran ríos de sangre, hermano contra hermano. Nadie los quiere. Vayan donde vayan, hay problemas. Trump los hizo prescindibles. Biden les dio nueva vida.
Alguien tiene que decirle a Blinken que Gaza era la solución de dos Estados, y el 7 de octubre fue la recompensa para Israel.
6 – Los israelíes deben proteger a los periodistas que cubren la guerra.
7 – ¿Qué hay de los periodistas de The New York Times, AP, CNN, Reuters, que habrían estado infiltrados con Hamás de camino a la matanza?
Esto significa, de ser cierto, que con tal conocimiento previo, podrían haber avisado a Israel. Podrían haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte.
A ellos tampoco les perjudicó, aparentemente. Otra especie protegida, los periodistas, los medios de comunicación, que no saben distinguir la verdad de un agujero en el suelo.
En cuanto al Times, página por página, siempre a mano cuando un ejército se queda sin Charmin.
8 – Los israelíes deben dejar de luchar o de lo contrario se pondrá peor lo de las multitudes que marchan y corean como las Juventudes Hitlerianas contra Israel.
Se volvieron así después de que las universidades se llenaron de miles de millones de dólares provenientes de lugares como Qatar y Arabia Saudita con el fin de enseñar antisemitismo 101.
De ahí estos imbéciles.
Dios tiene sus nombres.
¡Vamos FDI!