Se informó que Irán entregó componentes de GPS a Hezbolá en el Líbano, lo que permitirá al grupo transformar proyectiles rudimentarios en misiles guiados de precisión, lo que aumentará la amenaza para Israel.
Los servicios de inteligencia occidentales creen que Teherán ha cambiado su estrategia al enviar cada vez más armamento directamente a su proxy en Beirut, con el objetivo de evadir los ataques aéreos israelíes.
Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo cientos de ataques en Siria en los últimos dos años para evitar este tipo de entregas de armas.
Mientras tanto, la semana pasada, Rusia aumentó su apoyo militar al régimen de Assad con la transferencia de tres baterías de misiles S-300PM-2 cuyas tecnologías de radar y comunicación son más sofisticadas que las del modelo desplegado en Siria a principios de mes.
Ese movimiento, a su vez, siguió al derribo de un avión de reconocimiento ruso por parte de las fuerzas sirias, un incidente por el que el Kremlin culpó a Israel, que minutos antes había realizado una operación aérea contra una instalación militar iraní en Latakia.
“La entrega de sistemas avanzados de defensa aérea de Rusia a Siria ha animado a Irán a incrementar sus envíos de armamento a Hezbolá”, dijo Meir Litvak, Director del Centro de Alianza para Estudios Iraníes de la Universidad de Tel Aviv, a The Media Line.
“Si bien Israel puede lidiar con la amenaza militar planteada por el S-300PM-2”, explicó, “el problema es que el gobierno aún no sabe cómo operarán los rusos. ¿Le dirán a los sirios cuándo despegará un avión israelí? ¿Interceptarán los aviones? Hasta que la reacción se vuelva clara, Israel está limitado”.
Sin embargo, Jerusalén ha prometido repetidamente continuar realizando misiones transfronterizas, tanto para evitar que Teherán establezca una presencia militar permanente en Siria como para impedir que los iraníes le suministren armas a Hezbolá.
“La mayoría [de los cohetes de Hezbolá] no es lo suficientemente precisa, por lo que su amenaza potencial es tolerable para Israel”, continuó el Dr. Litvak. “Si Hezbolá logra convertir estos misiles, la nueva situación representaría un riesgo significativo para los aeropuertos, centrales eléctricas israelíes, el reactor nuclear de Dimona, y más”.
Durante su discurso el mes pasado en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro Binyamin Netanyahu reveló imágenes satelitales de tres sitios en la capital libanesa donde Hezbolá, a instancias de sus mecenas iraníes, construyó bajo tierra. Instalaciones de fabricación de misiles. Según los analistas, las armas producidas son capaces de golpear dentro de unos pocos metros su objetivo previsto y pueden llegar a casi cualquier lugar de Israel.
Hezbolá tiene un arsenal de más de 100,000 cohetes y misiles, muchos de ellos alojados en áreas residenciales para protegerlos de ataques.
“La creciente presencia rusa en Siria y las crecientes amenazas desde el Líbano indican un nivel significativo de peligro desde el punto de vista diplomático”, dijo Jonathan Spyer, miembro del Instituto de Estudios Estratégicos de Jerusalén, a The Media Line. “La consolidación del poder iraní en Siria se está convirtiendo en la prioridad número uno de Israel en la región”.
Con este fin, el primer ministro Netanyahu tiene previsto reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin en un futuro próximo para discutir los últimos acontecimientos.