En el día 216 de la guerra en Ucrania, Rusia se prepara para anexionar varias provincias ucranianas ocupadas, mientras los militares ucranianos ganan en el campo de batalla.
Cualquier acto de este tipo por parte del Kremlin tiene todo el potencial para enviar la guerra hacia un camino más oscuro, con la amenaza de ataques nucleares que se cierne en el fondo.
¿Anexiones inminentes?
Los funcionarios ucranianos prorrusos están llevando a cabo falsos referendos en las provincias ocupadas de Kherson, Zaporizhzhia, Donetsk y Luhansk. Su objetivo es anunciar su secesión de Ucrania y su deseo de ser anexionados por Rusia.
Ucrania, Estados Unidos y gran parte del mundo han declarado o indicado que no aceptarían los resultados de los referendos que se celebran bajo coacción y que, por tanto, no reflejan los verdaderos deseos de las poblaciones locales.
Sin embargo, Moscú sigue adelante y está previsto que Putin se dirija a la Duma rusa el viernes con “una posibilidad realista” de que lo haga para anunciar la adhesión de estos territorios ucranianos ocupados a Rusia, según la inteligencia militar británica.
Está previsto que los referendos terminen hoy.
Una decisión de anexión de las provincias ocupadas, que, por cierto, siguen siendo disputadas y no están completamente bajo control ruso, daría a Putin una victoria muy necesaria para su operación militar especial. Tras más de siete meses de guerra, el líder ruso tiene muy poco que mostrar por las increíbles bajas en hombres y sistemas de armas que el ejército ruso ha sufrido en Ucrania.
Pero las pérdidas en el campo de batalla podrían incluso superar los referendos y restarle valor propagandístico.
“Es probable que esta aspiración se vea socavada por el creciente conocimiento interno de los recientes reveses de Rusia en el campo de batalla y el significativo malestar por la movilización parcial anunciada la semana pasada”, evaluó la Inteligencia Militar británica en su última estimación de la guerra.
Queda por ver no sólo si el líder ruso decide anexionarse los territorios ocupados, sino hasta qué punto llegará para defenderlos de las contraofensivas ucranianas.
Si Putin decide que cualquier territorio ucraniano anexionado es Rusia, entonces puede argumentar que son parte de la “patria” y, por lo tanto, un no-go para la acción militar ucraniana. Desde el comienzo de la guerra, ha indicado que cualquier ataque a Rusia desencadenaría una respuesta diferente de Rusia, amenazando esencialmente con un ataque nuclear.
Las bajas rusas
El Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que, hasta el martes, las fuerzas ucranianas habían matado a unas 57.750 tropas rusas (y herido aproximadamente el triple), habían destruido 261 aviones de combate, de ataque y de transporte, 224 helicópteros de ataque y de transporte, 2.306 tanques, 1.378 piezas de artillería, 4.881 vehículos blindados de transporte de personal y vehículos de combate de infantería, 331 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), 15 barcos y cúteres, 3.730 vehículos y depósitos de combustible, 175 baterías antiaéreas, 977 sistemas aéreos tácticos no tripulados, 131 plataformas de equipos especiales, como vehículos puente, y cuatro sistemas móviles de misiles balísticos Iskander, y 241 misiles de crucero derribados por las defensas aéreas ucranianas.