El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, no ha sido visto en público por más de dos meses, y ha estado sorprendentemente callado acerca de la misión de Israel de destruir los túneles de ataque construidos por su organización, lo que lleva a muchos en el Medio Oriente a preguntarse si realmente le ha ocurrido algo al líder del grupo terrorista.
Durante su último discurso público el 10 de noviembre, Nasrallah advirtió a Israel que Hezbolá atacaría al Estado judío «con todas sus fuerzas» si las FDI atacaran a la organización respaldada por Irán, pero no ha dicho una palabra desde que el ejército israelí lanzó la Operación Escudo del Norte, destinado a localizar y neutralizar los túneles de terror construidos a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano, hace más de un mes y medio.
Nasrallah, de 59 años, tampoco comentó sobre los ataques israelíes contra objetivos de Irán y Hezbolá en Siria en las últimas semanas, ni expresó su opinión sobre el retiro planeado de las tropas estadounidenses del país golpeado por la guerra.
Incluso en medio de una agitación en el frente interno, Nasrallah ha permanecido en silencio. Hezbolá se encuentra actualmente en una batalla política con el primer ministro libanés designado Saad al-Hariri, quien ha estado luchando por formar un nuevo Gobierno durante más de seis meses debido a la insistencia de la organización chiíta de que uno de sus legisladores obtenga un puesto en el gabinete.
Durante el fin de semana, el periodista libanés con sede en Suecia Jerry Maher dijo que Nasrallah, quien supuestamente recibió tratamiento contra el cáncer en 2013, fue hospitalizado en Beirut luego de presuntamente sufrir un ataque cardíaco. Maher, un crítico de Hezbolá desde hace mucho tiempo, es conocido por tener estrechos vínculos con las agencias de inteligencia occidentales.
Mientras tanto, el sitio web de noticias Al-Kalima de Irán, afiliado al líder de la oposición iraní Mir-Hossein Mousavi Khameneh, quien ha estado bajo arresto domiciliario durante los últimos 10 años, informó que Nasrallah ha volado en secreto a la República Islámica debido a la complicación de su supuesto cáncer. El sitio de noticias agregó que después de su estancia en el hospital, «Nasrallah sostuvo reuniones diplomáticas con los más altos niveles de seguridad y políticos en Teherán». El sitio tuvo que eliminar el informe horas más tarde, sin dar una razón.
No está claro si Nasrallah está realmente enfermo, pero si estuviera sano, sin duda habría salido públicamente para burlarse de todos aquellos que difunden rumores maliciosos sobre él. Hasta ahora, sin embargo, no ha habido un solo avistamiento del líder terrorista y ni una palabra sobre su condición en los medios de comunicación libaneses, lo que solo genera más preguntas.