El presidente Trump debe pedir con urgencia a la Asamblea General de la ONU (AGNU) que condene a Hezbolá y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) luego del descubrimiento por parte de Israel de cinco túneles excavados desde el Líbano hasta Israel.
Trump promulgó la Ley de Sanción del Uso de Civiles como Escudos Humanos («HR 3342») el 21 de diciembre, que exige sanciones contra el personal de las organizaciones terroristas Hamás y Hezbolá.
Es probable que Trump todavía se esté librando de la humillante derrota, por el estrecho margen de 9 votos, de la Resolución de la AGNU patrocinada por Estados Unidos que condena a Hamás y otros grupos militantes en Gaza por:
- Disparar repetidamente cohetes hacia Israel.
- Utilizar dispositivos incendiarios aerotransportados hacia el territorio israelí.
- Construir infraestructura militar, incluidos túneles para infiltrarse en Israel y equipos para lanzar cohetes a zonas civiles.
Volver a enviar la Resolución a la AGNU determinará si los países que votaron:
- 57 en contra de la Resolución.
- 33 se abstuvieron.
- 16 no votaron.
Estarán preparados para cambiar sus decisiones moralmente reprobables.
Hezbolá y la FPNUL deben responsabilizarse por crear la peligrosa amenaza actual para la paz y la seguridad en la frontera entre Israel y el Líbano, en flagrante violación del derecho internacional y del derecho internacional humanitario.
La resolución HR 3342 fue adoptada por unanimidad el 11 de diciembre siguiente a la conclusión del Congreso estadounidense:
- Los escudos humanos son civiles, prisioneros de guerra y otros no combatientes cuya presencia está diseñada para proteger a los combatientes y objetos militares de ataques, y el uso de escudos humanos viola el derecho internacional.
- A lo largo del conflicto de 2006 con el Estado de Israel, las fuerzas de Hezbolá utilizaron escudos humanos para protegerse de los contraataques de las fuerzas israelíes, incluido el almacenamiento de armas dentro de hogares de civiles y el lanzamiento de cohetes desde zonas civiles pobladas.
- Hezbolá se ha rearmado para incluir un arsenal de más de 150.000 misiles y otras armas desestabilizadoras proporcionadas por los gobiernos sirios e iraníes, que están ocultos en aldeas chiítas en el sur del Líbano, a menudo debajo de la infraestructura civil.
- Se requiere legalmente que Hezbolá se desarme de conformidad con la Resolución 1701 (2006) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el Acuerdo de Taif (1989).
- Hezbolá mantiene una fuerza militar armada dentro del territorio soberano del Líbano en violación directa de las Resoluciones 1559 (2004) y 1680 (2006) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que impide que el Líbano ejerza control legal sobre sus fronteras internacionalmente reconocidas».
La FPNUL ha sido claramente negligente, si no en realidad cómplice, en permitir que esta crisis a fuego lento llegue a su punto de ebullición.
La FPNUL ha admitido:
«Sobre la base de la evaluación independiente de FPNUL, confirmamos hasta ahora la existencia de los cuatro túneles cercanos a la Línea Azul en el norte de Israel.
Después de investigaciones técnicas adicionales realizadas de manera independiente de acuerdo con su mandato, la FPNUL en esta etapa puede confirmar que dos de los túneles cruzan la Línea Azul. Estas constituyen violaciones de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU”.
La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU obligó a la FPNUL a:
Ayudar a las fuerzas armadas libanesas a tomar medidas hacia el establecimiento entre la Línea Azul y el río Litani de un área libre de personal armado, bienes y armas distintos a los del Gobierno del Líbano y de la FPNUL desplegados en esta área.
Ayudar al Gobierno del Líbano, a petición suya, a asegurar sus fronteras y otros puntos de entrada para evitar la entrada en el Líbano sin su consentimiento de las armas o el material relacionado.
La ocupación de Hezbolá del territorio soberano del Líbano y su acumulación de 150.000 armas de destrucción masiva han puesto en peligro incontrovertiblemente a las poblaciones civiles de Israel y el Líbano.
El fracaso de la FPNUL en el cumplimiento de su mandato exige una investigación especial de las Naciones Unidas.
Hezbolá debe ser expulsado del Líbano y esos 150.000 misiles deben neutralizarse para evitar una crisis humanitaria judío-árabe de proporciones masivas.
Los Estados miembros de la ONU deben ponerse de pie y ser contados.