No es solo ideológico y no solo pragmático. Es ambas cosas: El presidente turco Recep Tayyip Erdogan proviene de las filas del islamismo militante para el que la “causa palestina” es sagrada y “tan nacional como cualquier otro asunto nacional”. Su amor por Hamás y su dedicación a la “causa” son genuinos. También lo es su pragmatismo.
El fanatismo pro-Hamás (y anti-Israel) de Erdogan es una de las razones por las que los turcos islamistas votan por él. Hasta ahora, su fanatismo no le ha costado nada a nivel internacional, ni ha dañado su supervivencia política interna. Tiene todas las razones ideológicas y pragmáticas para mantener su relación amorosa con Hamás.
El 22 de agosto, Erdogan se reunió en Estambul con el principal líder militar de Hamás, Saleh al-Arouri, y el principal líder político, Ismail Haniyeh. Esa fue otra reunión pública del presidente de un país de la OTAN con terroristas mundiales especialmente designados. Arouri fue responsable del secuestro y asesinato en junio de 2014 de tres adolescentes israelíes en Judea y Samaria. Unas semanas después del incidente, Arouri reivindicó la responsabilidad de los asesinatos en un acto público en Estambul, al que asistieron vergonzosamente algunos altos funcionarios turcos. Es vergonzoso para los funcionarios gubernamentales ser testigos de un hombre que admite sus crímenes terroristas en un lugar de su país de origen.
A juzgar por la historia reciente, esa reunión no fue en absoluto sorprendente. Al contrario, fue tan normal como que dos amantes se reunieran en un café para tomar algo. A Erdogan aparentemente le encanta hacer públicas estas reuniones para desafiar a las partes del mundo que designan a Hamás como entidad terrorista: la UE, Israel y los Estados Unidos. Hay también un mensaje para su audiencia turca: Desafío a las potencias mundiales, incluyendo a los Estados Unidos, y sigo siendo intocable.
En 2011, Israel liberó a 10 terroristas de Hamás como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros. Llegaron a Turquía y han permanecido activos en suelo turco desde entonces.
En diciembre, The Telegraph informó de que Turquía estaba haciendo “la vista gorda” a los miembros de Hamás que planeaban ataques contra Israel desde la seguridad de Turquía y afirmó que los operativos en Estambul buscaban reclutas para atentados suicidas ofreciendo pagar a sus familias unos 20 mil dólares por llevar a cabo ataques en Jerusalén y Judea y Samaria.
En agosto, The Telegraph reveló que Ankara había concedido la ciudadanía y pasaportes a “altos operativos de una célula terrorista de Hamás”, incluido Zacharia Najib, “el alto operativo de Hamás que supervisó un complot para asesinar al entonces alcalde de Jerusalén, así como a otras figuras públicas israelíes”.
El Telegraph señaló:
“Turquía está concediendo la ciudadanía a altos operativos de una unidad terrorista de Hamás, según ha sabido el Telegraph, lo que hace temer que el grupo palestino tenga mayor libertad para tramar ataques contra ciudadanos israelíes en todo el mundo”.
“Los documentos de identidad turcos vistos por el Telegraph muestran que por lo menos uno de los 12 miembros principales de Hamás, que están utilizando el país como base de operaciones, ha recibido la ciudadanía turca y un número de identidad de 11 dígitos”.
“Según una fuente importante, siete de los 12 operativos han recibido la ciudadanía turca, así como pasaportes, mientras que los otros cinco están en proceso de recibirlos. En algunos casos, los agentes viven con alias turcos”.
Los diplomáticos israelíes confirmaron a Fox News que Ankara está en proceso de expedir la ciudadanía a por lo menos una docena de miembros de Hamás. “Al pasar por alto estas designaciones y a miles de sus víctimas, que fueron heridas y asesinadas por los terroristas de Hamás, Turquía la está apoyando activamente tanto financiera como logísticamente”, declaró a Fox News un portavoz de la Embajada de Israel en Washington. Según Seth J. Frantzman, director ejecutivo del Centro de Medio Oriente para la presentación de informes y análisis:
“El continuo apoyo de Ankara a Hamás, incluido el despliegue de una alfombra roja para dos altos dirigentes de Hamás que los Estados Unidos y otros consideran como terroristas buscados, una vez en contra muestra la forma sin precedentes en que los actuales gobernantes de Turquía ignoran flagrantemente las normas internacionales. Ankara trata a Hamás como si fuera un gobierno igualitario, acogiéndolo en los más altos niveles”.
Washington hizo una débil señal en protesta por la última reunión de Erdogan con los terroristas, quienes incluso admitieron que son terroristas. El Departamento de Estado de los Estados Unidos condenó la reunión como una que “solo sirve para aislar a Turquía” del escenario mundial.
“Los Estados Unidos se opone firmemente a que el presidente turco Erdogan acoja a dos líderes de Hamás en Estambul”, afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en una declaración el 25 de agosto.
“El continuo acercamiento del presidente Erdogan a esta organización terrorista solo sirve para aislar a Turquía de la comunidad internacional, perjudica los intereses del pueblo palestino y socava los esfuerzos mundiales para prevenir los ataques terroristas lanzados desde Gaza”.
Ankara rechazó rápidamente la declaración de los Estados Unidos. Mencionó que Hamás era un actor elegido democráticamente en Gaza, lo cual es correcto, y que representaba una realidad importante en la región.
Una pregunta realista vino de un legislador de la oposición en Turquía. Unal Cevikoz, exembajador y diputado del principal partido de oposición, el Partido Popular Republicano, presentó una moción de pregunta en el Parlamento. “¿A cuántos miembros de Hamás se les ha concedido la ciudadanía bajo el mandato de su gobierno?” preguntó al vicepresidente Fuat Oktay. En una declaración, Cevikoz añadió:
“Estos acontecimientos suponen un serio obstáculo para el potencial de una solución de dos Estados en la cuestión palestino-israelí. Estos acontecimientos, que aumentarán la tensión regional, impiden a Turquía asumir un papel activo en la cuestión palestina”.
En realidad, es igualmente posible que estos acontecimientos puedan impulsar una solución de dos Estados, notificando a los palestinos que, como dice el dicho árabe, “Los perros ladran, pero la caravana sigue adelante”.
La ideología pro-Hamás de Erdogan no es nueva. Tampoco es una alianza nacida de razones estratégicas o de una necesidad geopolítica temporal. Es una parte inseparable de su mentalidad. Siempre estará programado para aumentar las apuestas en el apoyo a una organización terrorista, especialmente si le llega sin costo político.