En una conferencia celebrada en Estambul la semana pasada, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, expresó su gratitud por el papel que desempeña Turquía en el avance de la “causa palestina”. “Desde la tierra de la amada Turquía, que siempre está grabada en la conciencia de nuestra ummah [nación musulmana]”, dijo Haniyeh a los participantes en la conferencia, según la agencia de noticias turca Anadolu. “Nos sentimos orgullosos de participar en esta conferencia”.
La conferencia, que se celebró bajo el título “Los Vanguardias de Jerusalén sostienen su Espada”, reunió a 400 funcionarios, legisladores y activistas, procedentes de 40 países, según Anadolu.
El líder de Hamás pasó a exponer y analizar lo que describió como “tres importantes cambios que nos rodean a nivel de la causa [palestina], la región y la ummah”.
Los tres cambios enumerados por el líder de Hamás son interesantes porque reflejan la visión actual de la región que tiene la alianza regional, de la que Hamás forma parte, tanto en lo que respecta a sus aspiraciones como a sus preocupaciones. Se trata de la alianza de Estados y movimientos que se adhieren ampliamente a la perspectiva política islamista suní conservadora de los Hermanos Musulmanes.
Según Haniyeh, los tres cambios significativos que se han producido son: en primer lugar, el resultado de los enfrentamientos de mayo con Israel, que el movimiento describe como un éxito para sí mismo, ya que devolvió la cuestión de Jerusalén al foco regional. En segundo lugar, la retirada de Estados Unidos de Afganistán, que Haniyeh describió como un debilitamiento de Estados Unidos y sus aliados en la región, y en tercer lugar, la propia conferencia de Estambul, que describió como parte de una reacción al proceso de normalización con Israel que persiguen algunos países árabes.
Haniyeh pidió “establecer un plan completo para derribar la normalización que tomó la forma de alianza militar y de seguridad con algunos países árabes”. Concluyó diciendo que “no debemos permitir que la normalización se extienda en el cuerpo de nuestra ummah”.
El lugar donde el líder de Hamás pronunció su discurso es tan significativo como su contenido. Cada vez hay más pruebas de que Hamás está intentando fomentar una nueva confrontación con Israel. El objetivo de este esfuerzo es Cisjordania, no el feudo soberano de facto del movimiento en la Franja de Gaza.
Este esfuerzo, al parecer, está siendo dirigido desde Turquía. La conferencia de Estambul de la semana pasada fue el elemento visible y declarativo de una realidad más amplia en la que Ankara está promoviendo activamente los esfuerzos políticos de Hamás, ya que el movimiento busca emerger como la principal fuerza entre los palestinos. Junto a esta promoción abierta, Turquía parece estar permitiendo tácitamente que Hamás dirija su campaña de violencia en Cisjordania, desde suelo turco.
Los medios de comunicación israelíes informaron, tras el asesinato de Eliyahu Kay en Jerusalén el mes pasado, que el asesino, Fadi Abu Shkhaydam, había viajado a Turquía en varias ocasiones en los meses anteriores al ataque. Funcionarios de seguridad citados por los medios de comunicación israelíes dijeron que Abu Shkhaydam se reunió con altos operativos de Hamás en Turquía en el curso de estas visitas. Un informe de la KAN citaba a funcionarios de seguridad israelíes que afirmaban que Abu Shkhaydam recibió instrucciones para su atentado de estas figuras de Hamás en Turquía.
Del mismo modo, la red de 50 hombres de Hamás en Cisjordania, que fue desenmascarada y neutralizada por el Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel) a finales de noviembre, estaba dirigida, siempre según los funcionarios de seguridad citados por los medios de comunicación israelíes, por los altos operativos de Hamás Saleh al-Arouri y Zakaria Najib. Ambos hombres residen en Turquía, donde Hamás sigue manteniendo una presencia manifiesta.
El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, repitió sus llamamientos tras la revelación de la red de Hamás para que se cerraran las oficinas del movimiento en Estambul. La conferencia de alto nivel celebrada la semana pasada en Estambul, en la que participaron altos funcionarios turcos, fue presumiblemente la respuesta de Ankara a esta petición.
Las pruebas disponibles sugieren que la implicación de Turquía con Hamás no consiste únicamente en permitir que el movimiento se domicilie y planifique acciones desde suelo turco. Más bien, en varias ocasiones en los últimos años, han surgido indicios de que las agencias estatales y cuasi-estatales turcas ofrecen ayuda directa al movimiento.
La Agencia Turca de Cooperación y Desarrollo (TIKA), de carácter estatal, que mantiene oficinas en Jerusalén y Gaza, es una de las organizaciones cuyos funcionarios han sido descubiertos con estrechos vínculos con Hamás. En 2017, Muhammad Murtaja, que dirigía la oficina de TIKA en Gaza, fue detenido por las autoridades israelíes y acusado de desviar dinero de ayuda al “ala militar” de Hamás. Fue condenado a nueve años de cárcel en 2018.
En Gaza, la TIKA lleva a cabo abiertamente numerosas actividades conjuntas con las autoridades de Hamás. La organización también es activa en la propagación de la ideología de los Hermanos Musulmanes y en las obras de caridad en Jerusalén.
En los últimos años también se han detectado en Cisjordania las huellas de la empresa SADAT International Defense Consultancy. SADAT, la única empresa militar privada a la que se le permite organizarse en Turquía, fue fundada por el Brig.-Gen. Adnan Tanriverdi, en 2012. Tanriverdi, que había sido apartado del ejército por sus creencias islamistas, fue asesor militar del presidente Recep Tayyip Erdogan entre 2016 y 2019. Tanriverdi presidió la purga de cargos kemalistas del ejército turco tras la intentona golpista de 2016. SADAT fue la agencia que reclutó, entrenó y financió a los rebeldes árabes suníes sirios en formaciones apoyadas por Turquía desde 2012. Aunque organizativamente es muy diferente, la SADAT desempeña un papel análogo al que realiza la Fuerza Quds del CGRI en el contexto iraní.
Tanriverdi dejó su cargo oficial en 2019, pero sigue estando cerca de Erdogan y su administración.
En enero de 2018, las autoridades israelíes detuvieron a un ciudadano turco, el profesor de derecho Cemil Tekeli, bajo la sospecha de haber colaborado en la transferencia de dinero y material a Hamás. En su interrogatorio quedó claro que Tekeli estaba vinculado a SADAT y era socio de Tanriverdi. La investigación del Shin Bet descubrió que Tekeli y su socio, un árabe-israelí, habían sido reclutados por un tal Zaher Jabarin, miembro de Hamás residente en Turquía que depende directamente de Saleh al-Arouri.
Estos indicios, junto con las actividades más visibles señaladas anteriormente, apuntan a un proyecto profundo y sistemático de apoyo a Hamás por parte de Turquía. La conexión es natural.
Hamás depende del apoyo iraní para el mantenimiento de su feudo de Gaza. Los conocimientos técnicos nacionales para la fabricación de cohetes y misiles que el movimiento utiliza en sus enfrentamientos periódicos con Israel son producto del vínculo iraní. Pero esta alianza no es del todo cómoda para Hamás. Es notable que cuando por un momento la Primavera Árabe pareció anunciar el establecimiento de regímenes islamistas suníes en varios países árabes, Hamás abandonó rápidamente su domicilio en Damasco y trató de aliarse con esta tendencia emergente. Esto resultó ser un espejismo, y Hamás se vio obligado a volver a sus antiguos aliados iraníes como suplicante.
Pero mientras tanto, junto a esta problemática asociación, Hamás parece haber construido una conexión mucho más cómoda y aparentemente no menos amplia con sus compañeros islamistas suníes de Ankara. Como resultado, Turquía es ahora el lugar preferido para las reuniones de propaganda de Hamás. También es, según las pruebas disponibles, el lugar donde se planifica la campaña de terror en Cisjordania, que el movimiento está intentando activar enérgicamente en la actualidad.