La Administración Biden ha estado presionando a Israel para que acepte “pausas humanitarias” en la guerra contra el grupo terrorista Hamás, respaldado por Irán, cuyos miembros perpetraron la masacre del 7 de octubre en la que fueron asesinados 1.400 israelíes y miles más resultaron heridos. Hamás también ha secuestrado a más de 240 israelíes en la Franja de Gaza, entre ellos niños pequeños, mujeres y ancianos.
Al pedir “pausas humanitarias” en la guerra, la Administración Biden está lanzando un salvavidas a Hamás. Una pausa o un alto el fuego permitirían a Hamás reagruparse y preparar nuevos ataques contra los israelíes.
El 4 de noviembre, sin embargo, el secretario de Estado de EE. UU. Antony Blinken, para su crédito y el de la administración Biden, rechazó los llamamientos a un alto el fuego, ya que “tal alto ahora mismo solo permitiría al grupo militante palestino Hamás reagruparse y atacar de nuevo a Israel”. Al día siguiente, sin embargo, Blinken continuó con sus llamamientos a “pausas humanitarias”, que Hamás aprovecharía también para preparar nuevos ataques. Para Hamás, cualquier pausa o alto el fuego es un salvavidas que le ayuda a atacar.
“Hubo un alto el fuego. Fue antes del 7 de octubre”, declaró el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., Mike Johnson, “y Hamás lo rompió”.
David Friedman, ex embajador de Estados Unidos en Israel, señaló recientemente en Fox News que los disparos no son continuos y que Israel está permitiendo el suministro de ayuda humanitaria al sur de Gaza todo el tiempo. Informó de que, en el norte de Gaza, Hamás había instalado una gran pantalla para presentar una película de los “grandes éxitos” de Hamás la semana pasada a unos 1.000 gazatíes que acudieron, por lo que evidentemente hay suficiente electricidad.
El 4 de noviembre, Hamás aprovechó una oportunidad humanitaria que Israel dio a los residentes de la Franja de Gaza y llevó a cabo ataques con fuego de mortero y misiles antitanque contra israelíes. “Mientras las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] abrían un eje humanitario para el desplazamiento de los residentes de Gaza hacia el sur [de la Franja de Gaza], terroristas de la organización terrorista Hamás atacaron a las fuerzas que participaban en su apertura”, dijeron las FDI.
A los dirigentes de Hamás, que se ocultan en una red de túneles, evidentemente no les importa nada el bienestar ni la seguridad de los palestinos de la Franja de Gaza. Hamás ha colocado sus bases militares, lanzaderas de cohetes, almacenes de municiones y puestos de mando dentro, debajo o cerca de infraestructuras civiles, como escuelas, hospitales, parques infantiles, hogares y mezquitas.
Hamás también ha impedido que los civiles huyan a zonas seguras del sur de la Franja de Gaza. Según informes, francotiradores de Hamás han matado a decenas de niños y mujeres que intentaban desplazarse hasta allí. Todo ello después de las repetidas advertencias de Israel a los gazatíes para que se dirijan al sur de la Franja de Gaza a través de corredores seguros.
La semana pasada, Hamás aprovechó una “pausa humanitaria” que Israel puso en marcha, bajo presión estadounidense, para intentar pasar de contrabando a terroristas heridos a Egipto con la excusa de una evacuación de civiles heridos. Las mentiras y engaños de Hamás son constantes. Un alto funcionario estadounidense reveló que Hamás intentó sacar a escondidas a algunos de sus miembros de la Franja de Gaza en ambulancias a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto.
Una “pausa humanitaria” también significaría suministrar cientos de miles de galones de combustible a los generadores de Hamás, que se utilizan para proporcionar aire limpio y electricidad a su red de túneles subterráneos construidos, según el funcionario de Hamás, Mousa Abu Marzouk, para uso de los terroristas de Hamás, no para los civiles. Según funcionarios estadounidenses, Hamás ya mantiene una reserva de más de 200.000 galones de combustible para sus túneles. La semana pasada, Las FDI hicieron pública una grabación de audio de una llamada entre un comandante de Hamás y el director del Hospital Indonesio de la Franja de Gaza, en la que el comandante afirmaba que Hamás está cogiendo combustible de las existencias del hospital.
El gobierno de Biden debería denunciar a Hamás por obligar a los palestinos —por quienes se preocupa tan profundamente que les dispara para impedir que huyan a un lugar seguro— a morir como escudos humanos en su guerra genocida para masacrar israelíes y destruir Israel.
La administración Biden también debería seguir pidiendo, como ha venido haciendo, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes retenidos por Hamás. Además, la administración Biden también podría hacer un llamamiento a los palestinos de la Franja de Gaza para que se levanten contra el grupo terrorista Hamás que, de hecho, mantiene como rehenes a dos millones de palestinos.
A las víctimas israelíes de la masacre de Hamás del 7 de octubre no se les dio la oportunidad de huir a través de un corredor seguro. Nadie pidió a Hamás que aceptara una “pausa humanitaria” mientras sus terroristas cometían atrocidades contra israelíes ese día en ciudades y pueblos cercanos a la Franja de Gaza. Los terroristas invadieron Israel con un único propósito: asesinar, violar y decapitar al mayor número posible de judíos.
¿Hizo Hamás una “pausa humanitaria” antes de masacrar a cientos de israelíes en un festival de música? ¿Hizo Hamás una “pausa” antes de violar a mujeres? ¿Hizo Hamás una “pausa” antes de decapitar, desmembrar y hornear a niños?, preguntó el abogado internacional de derechos humanos Arsen Ostrovsky:
“Solo por curiosidad, ¿hizo Hamás una «pausa humanitaria» cuando entró en nuestras casas y asesinó a nuestros hijos, decapitó a bebés, violó a mujeres, quemó vivas a familias enteras y tomó como rehenes a más de 240 personas, incluidos bebés y ancianos?”.
¿Cómo es que Estados Unidos no se planteó una “pausa humanitaria” durante su guerra contra Al Qaeda y el Estado Islámico (ISIS)? ¿Por qué se permitió a EE. UU. librar una guerra implacable contra los terroristas de Al-Qaeda e ISIS, mientras se pide a Israel que proporcione ayuda humanitaria y combustible al mismo grupo responsable de la peor masacre de judíos desde el Holocausto? ¿Qué posibilidades hay de que la ayuda humanitaria y el combustible vayan realmente a los civiles de Gaza —por los que los dirigentes de Hamás se preocupan tanto que los obligan a morir como escudos humanos— en lugar de a los dirigentes de Hamás para sus secuaces?
Cualquier cese de la guerra contra Hamás, aunque sea temporal, se consideraría una victoria para el grupo terrorista y sus partidarios. Hamás y sus patrocinadores en Irán estarían encantados de ver un alto el fuego en la Franja de Gaza para poder decir que la presión internacional obligó a Israel a detener su guerra. Cualquier “pausa humanitaria” debería comenzar solo después de que todos los rehenes hayan sido liberados y todos los terroristas de Hamás se hayan rendido o hayan sido asesinados.