Dos semanas después del regreso de los primeros secuestrados, se ha hecho público un informe resumido de la sede de las familias de los secuestrados sobre el estado de salud de los 112 secuestrados que han regresado del cautiverio de Hamás.
La publicación de este documento coincide con el Día de los Derechos Humanos y revela problemas médicos y complicaciones experimentadas por los secuestrados, basándose en los testimonios de los liberados y en exámenes médicos realizados tras su llegada a Israel.
Según el informe, Hamás perpetró numerosas violaciones del derecho internacional durante la toma de los rehenes. Estas violaciones incluyeron “violencia psicológica y física extrema, agresiones sexuales brutales, mutilaciones, torturas, hambre y deshidratación forzada”.
El informe detalla que muchos de los secuestrados enfrentaron aislamiento y separación de sus familias, siendo confinados en túneles y espacios reducidos. Allí, fueron sometidos a amenazas con armas de fuego, golpizas y quemaduras en el cuero cabelludo. Además, se revela que los niños israelíes fueron obligados a presenciar imágenes de la masacre y atrocidades ocurridas el 7 de octubre.
Un apartado especial del informe aborda los abusos sexuales sufridos por los secuestrados, destacando que tanto hombres como mujeres fueron víctimas de agresiones sexuales violentas en cautiverio.
El informe enfatiza que quienes sufrieron estos abusos enfrentan un mayor riesgo de daños físicos e infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH (SIDA). Se señala que las mujeres son especialmente vulnerables a sufrir lesiones graves después de una agresión sexual.
El documento también documenta la grave desnutrición que padecieron los secuestrados en manos de Hamás. Sus testimonios indican que se les proporcionaba una dieta inadecuada, con solo una o dos comidas al día, carentes de nutrientes y calorías insuficientes.
Además, se les negaba acceso a agua potable, limitándose a recibir una cantidad limitada de agua salada y arenosa, a veces, no más que una pequeña botella al día. Los médicos que atendieron a los liberados informaron de una pérdida de peso significativa y rápida, que oscilaba entre 8 y 15 kg, representando entre el 10% y el 17% de su peso corporal previo, en un período de tiempo corto, que variaba entre 14 y 50 días.