A principios de esta semana, inspectores israelíes descubrieron varios concentradores de oxígeno destinados a airear los túneles operados por grupos terroristas en Gaza, según informaron dos altos funcionarios israelíes a The Times of Israel.
“No eran para usarlos en los hospitales, sino debajo de ellos. Por eso se introdujeron de contrabando entre cajas de galletas”, afirma uno de los altos funcionarios israelíes, que añade que el camión en el que se encontraron los concentradores de oxígeno tenía prohibida la entrada en Gaza.
Ninguno de los dos funcionarios facilitó una foto de los concentradores de oxígeno en cuestión y no revelaron qué organización era responsable del envío del camión.
Desde que Egipto abrió su paso de Rafah a Gaza hace 11 días, varios cientos de camiones cargados de ayuda humanitaria han podido entrar en Gaza tras las inspecciones de las autoridades egipcias e israelíes.
Los camiones entran primero en Egipto, donde se someten a una ronda inicial de inspecciones. A continuación son conducidos a Israel a través del paso fronterizo de Nitzana, donde son inspeccionados por el enlace militar israelí COGAT antes de ser devueltos a Egipto y conducidos a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, según ha declarado un segundo funcionario israelí a The Times of Israel, afirmando que el formato se acordó tras extensas conversaciones entre Israel, Egipto y Estados Unidos.
Hasta ahora, Israel ha rechazado los crecientes llamamientos para que permita la entrada de combustible, expresando su temor a que Hamás lo desvíe para alimentar sus túneles. El Jefe de Estado Mayor de la FDI, Herzi Halevi, declaró el jueves que Israel permitiría la entrada de combustible en Gaza a través del paso fronterizo de Rafah si determinaba que los hospitales se habían quedado sin combustible.
Poco después de los comentarios de Halevi, la Oficina del primer ministro emitió un escueto comunicado en el que se limitaba a señalar que el primer ministro Benjamin Netanyahu “no ha aprobado la entrada de combustible en Gaza”.