El viernes, Israel ejecutó un ataque sorpresa contra Irán con el propósito de interrumpir su programa nuclear y retrasar el desarrollo de armas atómicas. La operación apuntó a instalaciones clave, fábricas de misiles y figuras destacadas del ejército y la ciencia nuclear iraní.
La ofensiva israelí dañó la credibilidad de Irán tanto interna como entre sus aliados regionales, lo que podría desestabilizar al liderazgo. Michael Singh, exfuncionario de la administración Bush, afirmó: “Uno asume que una de las razones por las que Israel está haciendo eso es que esperan ver un cambio de régimen”. La precisión de los ataques, con bajas civiles limitadas, sugiere un plan para alentar un levantamiento popular, añadió.
En un mensaje grabado tras los bombardeos, el primer ministro Benjamin Netanyahu se dirigió al pueblo iraní: “El régimen islámico, que los ha oprimido durante casi 50 años, amenaza con destruir nuestro país, el Estado de Israel”. Además de neutralizar la amenaza nuclear y de misiles, Netanyahu expresó: “A medida que logramos nuestro objetivo, también estamos despejando el camino para que ustedes logren su libertad”. Instó a los iraníes a aprovechar la debilidad del régimen: “Esta es su oportunidad de ponerse de pie y hacer que sus voces sean escuchadas”.
امشب، می‌خواهم با شما، مردم محترم ایران، صحبت کنم.
— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) June 13, 2025
ما در میانه یکی از بزرگ‌ترین عملیات‌های نظامی در تاریخ، هستیم – عملیات طلوع شیران.
رژیم اسلامی که تقریباً ۵۰ سال شما را سرکوب کرده، تهدید به نابودی کشور ما- اسرائیل می‌کند.
هدف عملیات اسرائیل جلوگیری از تهدید هسته‌ای و موشکی… pic.twitter.com/sS5cXgJExi
A pesar del impacto de los ataques, la hostilidad histórica hacia Israel, tanto entre los gobernantes como en parte de la población chiíta de Irán, plantea dudas sobre la viabilidad de un movimiento popular capaz de derrocar al régimen. Singh señaló que las condiciones necesarias para unir a la oposición iraní permanecen inciertas, dado el control de las fuerzas de seguridad leales a Teherán.
La operación del viernes, que provocó una respuesta iraní con misiles balísticos contra Israel, marcó el inicio de una campaña prolongada, según fuentes israelíes. Los analistas prevén que Israel continuará atacando la infraestructura nuclear iraní para retrasar el programa atómico, aunque reconocen que no tiene capacidad para destruirlo completamente. Irán insiste en que su programa nuclear persigue fines civiles, pero su uranio enriquecido al 60% supera los niveles necesarios para uso no militar, según el organismo nuclear de la ONU.
Los ataques iniciales eliminaron a altos cargos militares y científicos, destruyeron gran parte del sistema de defensa antiaérea iraní y dañaron la planta de enriquecimiento de Natanz. La embajada israelí en Washington declaró a Reuters: “Como país democrático, el Estado de Israel cree que depende del pueblo de un país dar forma a su política nacional y elegir su gobierno”. Netanyahu ya había abogado por un cambio de régimen en Irán en septiembre.
Aunque la administración del presidente Donald Trump apoya los ataques israelíes y asiste en la defensa contra los misiles iraníes, no ha manifestado interés en promover un cambio de gobierno en Teherán. Ni la Casa Blanca ni la misión iraní en la ONU respondieron a solicitudes de comentarios sobre el tema.
Israel enfrenta obstáculos para desmantelar el programa nuclear de Irán
El desafío de neutralizar las instalaciones nucleares iraníes resulta inmenso para Israel, dado que los sitios, altamente fortificados y dispersos por el país, son considerados casi imposibles de desactivar por completo, según expertos militares.
Las autoridades israelíes reconocen la dificultad de erradicar el programa nuclear de Irán mediante acciones militares. Tzachi Hanegbi, asesor de seguridad nacional, declaró el viernes al Canal 12: “No hay forma de destruir un programa nuclear por medios militares”. No obstante, una campaña militar podría sentar las bases para un acuerdo con Estados Unidos que limite las ambiciones nucleares de Teherán.
Expertos dudan de la capacidad de Israel para destruir el proyecto nuclear iraní sin apoyo externo. Sima Shine, exanalista del Mossad y actual investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, afirmó el viernes a periodistas: “Israel probablemente no puede eliminar completamente el proyecto nuclear por sí solo sin la participación estadounidense”.
Retrasar el programa nuclear de Irán representa un objetivo estratégico para Israel, pero las acciones contra figuras clave del régimen podrían perseguir un propósito mayor: desestabilizar al liderazgo iraní. La eliminación de altos mandos militares busca generar caos en el establecimiento de seguridad de Teherán, según analistas.
Shine destacó la importancia de los oficiales eliminados: “Estas personas eran muy vitales, estaban muy bien informadas, llevaban muchos años en sus puestos de trabajo y eran un componente muy importante de la estabilidad del régimen, específicamente de la estabilidad de seguridad del régimen”.
Un cambio de régimen en Irán constituye un objetivo ideal para Israel, según Shine: “En el mundo ideal, Israel preferiría ver un cambio de régimen, de eso no hay duda”. Sin embargo, los riesgos de esta estrategia son significativos.
Jonathan Panikoff, exsuboficial de inteligencia de Estados Unidos y actual miembro del Atlantic Council, advirtió sobre las posibles consecuencias de derrocar al liderazgo iraní. Un nuevo régimen podría adoptar una postura aún más agresiva contra Israel, señaló.
Panikoff cuestionó las expectativas optimistas de algunos sectores israelíes: “Durante años, muchos en Israel han insistido en que el cambio de régimen en Irán provocaría un nuevo y mejor día, que nada podría ser peor que el actual régimen teocrático”. Sin embargo, añadió: “La historia nos dice que siempre puede ser peor”.