Antes de que los ecos de los tambores de guerra se volvieran ensordecedores, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ya tenían en sus manos un mapa meticulosamente elaborado. En él, estaban marcados los escondites y búnkeres subterráneos que albergaban al temido “Triángulo del mal”: Yahya Sinwar, Muhammad Deif y Marwan Issa, los cerebros detrás de las operaciones de Hamás y arquitectos de la masacre del 7 de octubre.
La ciudad de Gaza, y en particular el hospital Shifa, se había convertido en su fortaleza, su santuario. Las unidades Yahalom y Sheladg habían descubierto una vida de opulencia escondida bajo el hospital, con muebles finos, cerámica, techos de yeso decorativos y servicios varios, reservada para los líderes de Hamás.
En un movimiento audaz, las FDI decidieron hacer pública la existencia de estas infraestructuras terroristas en el hospital, basándose en información de inteligencia militar y del Shin Bet. Este anuncio, deliberadamente prematuro, era una señal, un aviso para los líderes de Hamás para abandonar su refugio y reubicarse en el sur de la Franja de Gaza.
Los experimentados coordinadores del Shin Bet saben que cuando un líder buscado siente el aliento del peligro en su nuca y el suelo se tambalea bajo sus pies, huirá al lugar que le resulta más familiar, donde se siente seguro. Así, la huida lo llevará a casa.
Yahya Sinwar, su hermano menor, Muhammad, y Muhammad Deif, todos nacidos en el campo de refugiados de Jan Yunis, probablemente se encuentren allí ahora, en el terreno que conocen como la palma de su mano. Las FDI estiman que bajo la ciudad y el campo de refugiados de Jan Yunis, se ha construido a lo largo de los años un sistema de túneles comparable al que se encuentra en el norte de la Franja de Gaza y la ciudad de Gaza.
A medida que el avance terrestre continúa, respaldado por el fuego de la artillería y los ataques aéreos, las FDI creen que aumentará la posibilidad de desmantelar el liderazgo de Hamás, que probablemente se esconde allí. Esto abriría un nuevo frente para negociaciones sobre la liberación de prisioneros y la eliminación de un líder de Hamás, Yahya Sinwar.
Algunos en el sistema de seguridad estiman que cuando Sinwar sienta que la muerte está a solo “un misil y una bomba” de distancia, y oiga los tanques y vehículos blindados acercándose a su escondite, presentará una nueva propuesta que Israel tendrá dificultades para rechazar.