El crecimiento demográfico judío en Israel es un factor clave para el desarrollo económico, la seguridad y el avance científico y tecnológico del Estado judío. El número de nacimientos judíos en 2024 (138,698) es un 73 % mayor que en 1995.
— 500,000 árabes que han estado fuera del país por más de un año están incluidos en el censo, en contra de las normativas internacionales. Según la Comisión Electoral Palestina, 325,000 fueron añadidos en el censo de 1997 y 400,000 en el de 2005. Además, entre 1995 y 2014 se sumaron 100,000 nacimientos en el extranjero, según el Viceministerio del Interior palestino.
— 380,000 árabes del Este de Jerusalén están contabilizados dos veces, tanto por Israel como por la Autoridad Palestina. Esta cifra aumenta constantemente debido a los nacimientos.
— Más de 200,000 árabes que contrajeron matrimonio con ciudadanos árabes israelíes también están contados dos veces, con un crecimiento continuo por nacimientos.
— Una emigración neta de 428,000 personas desde el censo palestino de 1997 no es reconocida por la Autoridad Palestina. En los últimos años, Israel ha documentado una emigración neta anual promedio de 20,000 personas a través de sus pasos fronterizos terrestres, marítimos y aéreos.
— Una inflación artificial del 32 % en los nacimientos palestinos fue documentada por el Banco Mundial en una auditoría de 2006 (página 8, punto 6).
— La tasa de fertilidad árabe en Judea y Samaria ha caído de 9 nacimientos por mujer en la década de 1960 a 3 nacimientos en 2024, reflejando un proceso de urbanización acelerado, un aumento en la matriculación de mujeres en educación superior, un mayor retraso en la edad del matrimonio, un uso creciente de anticonceptivos y la emigración de jóvenes.
— El número de Muertes está subestimado por razones políticas y financieras.
– Una inflación artificial de 1.75 millones oculta una población real de 1.5 millones de árabes en Judea y Samaria, frente a la cifra oficial de 3.25 millones.
En enero de 2025, existe una mayoría judía del 69 % en el área combinada de Judea, Samaria e Israel previo a 1967, beneficiada por un aumento de la natalidad y una inmigración neta positiva, mientras que la demografía árabe se ha occidentalizado.
No hay una “bomba demográfica árabe”, sino un impulso demográfico judío.