El cruce fronterizo, conocido también como la Buena Valla, refleja décadas de enfrentamientos, evacuaciones y ofensivas en la frontera sur del Líbano.
Iniciativas humanitarias y ocupación militar israelí
Durante la década de 1970, la Puerta de Fátima se convirtió en un símbolo de las relaciones humanitarias y comerciales entre Israel y el sur del Líbano. A través de este cruce, Israel habilitó una clínica de salud militar para atender a los residentes libaneses, incluyendo a la comunidad chiita. Con el tiempo, la iniciativa creció, permitiendo a comerciantes y trabajadores libaneses cruzar hacia Kiryat Shmona para realizar actividades económicas y laborales.
Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) invadieron el Líbano en 1978, y posteriormente en 1982, el cruce se usó como punto estratégico para el tránsito de tropas y funcionarios de inteligencia. Además, durante la creación de la zona de seguridad israelí en el sur del Líbano, los combatientes del Ejército del Sur del Líbano (SLA) y sus familias utilizaron el paso para obtener atención médica y realizar compras en Israel.
En 1988, el cruce se convirtió en objetivo de Hezbolá, una milicia chiita respaldada por Irán. Ese año, un ataque suicida perpetrado por un miembro de este grupo dejó ocho soldados israelíes muertos, marcando un cambio en el papel de la Puerta de Fátima como punto de conflicto.
Momentos clave sobre el cruce de la Puerta de Fátima
- En los años 70, la puerta funcionó como centro humanitario y comercial para residentes libaneses.
- Fue utilizada estratégicamente por las FDI durante las invasiones de 1978 y 1982.
- En 1988, Hezbolá realizó un ataque suicida que mató a ocho soldados israelíes.
- Tras la retirada israelí en 2000, el cruce fue un símbolo del colapso de la zona de seguridad.
- En octubre de 2024, las FDI lanzaron una ofensiva efectiva contra Hezbolá, alterando el control en la región.
Retirada israelí y el ascenso de Hezbolá en la región
La retirada israelí del sur del Líbano en el año 2000 marcó un punto de inflexión. Las tropas del SLA, junto a sus familias, se congregaron en la Puerta de Fátima en un intento por huir de posibles represalias por parte de Hezbolá. El área quedó llena de vehículos abandonados, representando un símbolo del retroceso israelí bajo presión de ataques enemigos. Este momento reflejó profundas divisiones dentro de la sociedad israelí respecto a su presencia en el Líbano.
Tras la retirada, la puerta se convirtió en un punto de provocación. Simpatizantes de Hezbolá se acercaban regularmente al lugar para lanzar piedras contra los soldados israelíes que custodiaban el lado opuesto de la frontera.
Ofensiva israelí en 2024 y el cambio en la dinámica fronteriza
En las últimas semanas, las Fuerzas de Defensa de Israel cambiaron su postura defensiva tras años de permitir que Hezbolá construyera túneles y almacenes de armas a lo largo de la frontera. En octubre de 2024, las FDI lanzaron una ofensiva que obligó a los combatientes de Hezbolá a retroceder. La operación, considerada altamente efectiva, incluyó la inspección y destrucción metódica de aldeas y edificaciones utilizadas con fines militares.
Un reportero del Times of Israel cruzó recientemente la Puerta de Fátima junto al comandante de la 91 División, el general de brigada Shai Klepper, quien supervisó la operación. Klepper, veterano de la Segunda Guerra del Líbano de 2006, destacó que las diferencias entre los resultados de entonces y los de este año son abismales. Según él, los objetivos actuales fueron claros y alcanzados con un nivel superior de profesionalismo.
Impacto en la frontera y declaraciones del general Klepper
El general Klepper subrayó los logros de la ofensiva, mencionando la muerte de miles de agentes de Hezbolá, la destrucción de su red de túneles y la confiscación de armamento. “No hay comparación entre los logros de 2006 y 2024”, afirmó. Para él, los soldados mostraron una determinación inquebrantable y los objetivos se ejecutaron con precisión.
A pesar de los avances militares, el objetivo principal —el retorno de los residentes del norte de Israel desplazados por los enfrentamientos— aún no se ha cumplido por completo. Sin embargo, ya se observan señales de normalización en la región fronteriza, con tiendas que reabren, calles activas y una reducción de los controles militares.
Mientras Israel comienza a recuperarse tras 14 meses de ataques, el panorama en las ciudades fronterizas libanesas, como Kafr Kila, es desolador. La antigua base de operaciones de Hezbolá está completamente devastada, con estructuras destruidas salvo por las utilizadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como puestos de avanzada. Escombros de hormigón y varillas de refuerzo dominan el paisaje, mientras postes eléctricos oxidados se alzan sobre montículos de tierra levantados por excavadoras militares.
Declaraciones de Klepper y los resultados de la ofensiva
Según el general de brigada Shai Klepper, cualquier edificio que sirviera como base para combatientes de Hezbolá o almacén de armas fue demolido durante la operación. “Todos los asentamientos militares fueron tratados como corresponde. Destruimos a los agentes y su infraestructura”, explicó. El devastador avance dejó pocas señales de vida en el área.
Al salir de Kafr Kila hacia Nabi al-Awadi, las vistas desde la cima revelan el alcance de la guerra. Desde el Mediterráneo al oeste hasta el monte Hermón al este, ahora bajo control israelí, el paisaje contrasta con la bandera israelí ondeando en suelo libanés, un símbolo del cambio drástico en la dinámica de la región.
Detalles de la ofensiva israelí en el sur del Líbano
- Más de 10.000 armas y equipos militares confiscados por las FDI.
- Más de 1.000 objetivos de Hezbolá atacados y destruidos.
- Demolición de estructuras tanto sobre como bajo tierra utilizadas por Hezbolá.
- Operaciones llevadas a cabo respetando el alto el fuego entre Israel y Líbano.
- Fuerzas israelíes desplegadas en más de 10 posiciones estratégicas en el sur del Líbano.
Calma tras el alto el fuego del 27 de noviembre
El alto el fuego ha transformado el sur del Líbano, con una tranquilidad que habría sido impensable hace semanas. En el valle de Hula, los agricultores ahora trabajan sin el temor de los cohetes lanzados por Hezbolá. Durante la visita de The Times of Israel el pasado domingo, no se registraron explosiones ni disparos, algo inusual en la región. “Cuando las FDI disparan, Hezbolá huye siguiendo órdenes superiores”, declaró Klepper.
Las Fuerzas Armadas Libanesas comenzaron a desplegarse al norte de Khiam, aunque las tropas de la división de Klepper permanecen listas para avanzar si la situación lo requiere. Según la Oficina del Portavoz de las FDI, las operaciones se realizan de acuerdo con los acuerdos establecidos, respetando el alto el fuego y vigilando posibles amenazas contra Israel.
El papel de la comunidad drusa en la guerra
En la célula de mando de Klepper, oficiales drusos observan atentamente los cambios en las fronteras de Israel. Recientemente, un video viral mostró a un miembro de la comunidad drusa siria de Hader pidiendo anexión al lado israelí de los Altos del Golán. “Saben que los drusos en Israel viven bien”, afirmó Yousef, un druso de Hurfeish, en Galilea. En contraste, Haitham, también druso, subrayó que en Israel la comunidad drusa es un ejemplo de integración en una democracia, mientras esperan un futuro mejor para Siria.
Esta conexión cultural y económica con Israel subraya las divisiones dentro de las comunidades drusas de Siria, el Líbano e Israel, marcando un contraste entre las realidades de cada país.
Recorrido por el sur del Líbano y planes futuros de Israel
El convoy de Klepper avanzó hacia el sur por terrenos diversos que representan desafíos estratégicos únicos: desde densas casbas hasta laderas boscosas. Durante el trayecto, pasaron por pueblos como Odaisseh, Houla y Meiss El Jabal, localidades que fueron bastiones de Hezbolá antes de ser atacadas por las brigadas 3, 8 y 228 de la 91 División.
A pesar de la devastación, Klepper dejó claro que Israel continuará actuando agresivamente contra Hezbolá, incluso después del alto el fuego. “Tenemos que actuar con fuerza. Subestimamos nuestra propia capacidad. Nuestro espíritu es mucho más fuerte que el de ellos”, declaró. Este enfoque refleja la determinación de las FDI de mantener la seguridad en la región.