Casi tan pronto como se declaró el alto el fuego entre Israel y Hamás el domingo, imágenes de combatientes de Hamás en las calles de Gaza comenzaron a transmitirse al mundo. Vimos a atacantes enmascarados, armados con fusiles Kaláshnikov y con pañuelos verdes en la cabeza, recorriendo en camionetas multitudes de hombres que aplaudían en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
También se informó de miles de policías gestionados por Hamás, uniformados, emergiendo en calles llenas de escombros. Pero lo más impactante fue la grabación de combatientes de Hamás rodeando a tres rehenes israelíes durante su entrega a la Cruz Roja en la ciudad de Gaza. El mensaje transmitido al mundo era claro: este movimiento de violentos antisemitas sigue siendo una fuerza activa, continúa controlando Gaza y sigue siendo una amenaza para el Estado judío.
La aparición de Hamás en los últimos días no debería haber sorprendido a nadie. Después de todo, ellos son la razón por la que las fuerzas israelíes han estado llevando a cabo una dolorosa y brutal campaña militar durante los últimos 15 meses. Sin embargo, sorprendentemente, muchos en los medios occidentales parecían atónitos. Como si no lograran comprenderlo.
“Esa fue la imagen que realmente me impactó”, dijo Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC, en el programa Today del lunes por la mañana. “[Los combatientes de Hamás] simplemente emergieron… en sus camionetas, que de alguna manera seguían intactas”, comentó. Para intentar explicar lo que parecía inexplicable, añadió: “Supongo que deben haber estado estacionadas en algún tipo de túnel”.
Bowen no fue el único periodista sorprendido. Otros calificaron las escenas como “notables” y un “recordatorio contundente” de que Hamás sigue existiendo.
Este asombro ante la reaparición de Hamás es revelador, ya que proviene de los mismos medios que han pasado los últimos 15 meses minimizando su papel en la guerra. Desde la masacre de civiles israelíes cometida por Hamás el 7 de octubre de 2023, muchos periodistas, analistas y políticos occidentales han presentado la guerra subsiguiente como si solo hubiera un combatiente: Israel. De hecho, al seguir la cobertura mediática, se podría llegar a pensar que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no están combatiendo a Hamás, sino atacando a civiles palestinos.
La eliminación de Hamás en la narrativa de la guerra que inició sirve a la visión antiisraelí que prevalece entre ciertos sectores de opinión. Permite sostener la ficción de que no se trata de una guerra, sino de un acto de “colonización agresiva”, de “limpieza étnica” o incluso de “genocidio” contra los palestinos.
Recordemos la cobertura de los enfrentamientos en torno al hospital Al-Shifa durante estos meses de conflicto. Las FDI se enfrentaron allí con combatientes de Hamás y la Yihad Islámica en noviembre de 2023, tras obtener información de que rehenes estaban siendo retenidos en su interior. Después de un intenso tiroteo, las fuerzas israelíes lograron acceso al área, solo para descubrir que los rehenes habían sido asesinados. Los combates se reanudaron en esa zona en marzo pasado, cuando Hamás volvió a utilizar el hospital como base.
En ambas ocasiones, los tiroteos fueron intensos y se prolongaron durante días. Sin embargo, los medios apenas mencionaron la presencia de Hamás. “Soldados israelíes asaltan el hospital Al-Shifa en escalada de la ofensiva en Gaza”, reportó The Guardian en noviembre de 2023. “El hospital Al-Shifa en Gaza queda en ruinas tras dos semanas de asalto israelí”, declaró la BBC en abril. Estas noticias daban la impresión de que las FDI atacaban el hospital sin motivo alguno.
También está el caso de la operación de rescate de rehenes en el campamento de Nuseirat, en junio pasado. Hamás atacó a las tropas israelíes con fusiles AK-47, granadas propulsadas por cohetes y morteros. Al intensificarse la batalla, Israel recurrió a bombardeos aéreos, lo que provocó numerosas muertes. Sin embargo, en los informes posteriores, el papel de Hamás prácticamente desapareció. “Una operación israelí rescata a cuatro rehenes y mata a decenas de palestinos”, informó CNN. “El ministerio de salud de Gaza dice que el rescate israelí de rehenes dejó 274 palestinos muertos”, reportó la BBC.
Los políticos reaccionaron de forma predecible, con críticas hacia Israel. El diplomático europeo Josep Borrell calificó el incidente como “otra masacre de civiles”. Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos, fue aún más lejos al afirmar que la operación de rescate demostraba una “intención genocida” por parte de Israel.
Esto se ha repetido constantemente desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás. Como argumentó Brendan O’Neill en Spiked, Hamás es constantemente “invisibilizado”. Es un combatiente ausente, una especie de materia oscura en una guerra en la que solo parecen visibles las fuerzas israelíes. Incluso el acto atroz que dio comienzo a este conflicto el 7 de octubre ha sido minimizado como un episodio dentro de una narrativa más extensa de supuesta agresión israelí.
El poeta francés Charles Baudelaire escribió: “El mayor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía”. Hamás no ha tenido que hacer mucho para lograr esto. Muchos en las élites políticas y mediáticas occidentales han preferido fingir que no existe, presentando la guerra de autodefensa de Israel como una guerra de agresión.
Sin embargo, ahora, con Hamás desfilando por las calles de Gaza, esta ficción propagandística se vuelve insostenible. En un comunicado emitido el lunes, Hamás prometió que Gaza “se levantará de nuevo para reconstruir lo que la ocupación ha destruido y continuará en el camino de la resistencia hasta que la ocupación sea derrotada”. Esto no es una declaración de paz, sino una manifestación de intenciones agresivas.
Aunque Hamás ha sido debilitado por los últimos 15 meses de conflicto, no cabe duda de que sigue presente y es la causa última de la tragedia en Gaza.