El presidente turco recibió a los líderes de Hamás en Estambul durante el último fin de semana, marcando un encuentro altamente simbólico y trascendental que evidencia el creciente poder e influencia de Hamás en la región tras el ataque del 7 de octubre contra Israel.
Después de la masacre perpetrada por Hamás, donde más de 1,000 personas fueron asesinadas y 250 secuestradas —la mayor masacre de judíos desde el Holocausto—, lejos de encontrarse aislado, Hamás ha visto incrementada su influencia en capitales clave como Teherán, Moscú, Pekín, Ankara y Doha. Contrario a recibir condena por sus crímenes de lesa humanidad, Hamás ha sido recibido con brazos abiertos. Su visita a Ankara marca un nuevo capítulo de apoyo regional, con significativas implicaciones para la guerra en Gaza.
El 20 de abril, un evento en Estambul simbolizó esta nueva realidad: los líderes de Hamás, frente a altos funcionarios turcos, fueron agasajados con una recepción al más puro estilo de alfombra roja por parte del líder turco. Ankara no solo se enorgulleció de este encuentro, sino que también distribuyó folletos y ofreció amplia cobertura mediática. Las imágenes de la reunión mostraban a los líderes de Hamás frente a sus contrapartes turcas, con el presidente Erdogan al centro, en la oficina presidencial de Dolmabahce.
Mientras que Ankara proclama apoyar la unidad palestina, la realidad muestra un trato preferencial hacia Hamás en detrimento de la Autoridad Palestina y Mahmoud Abbas. “Es crucial que los palestinos se unan en este proceso. La respuesta más firme contra Israel y el camino hacia la victoria radica en la unidad y la solidaridad”, declaró el líder turco. A pesar de esto, Ankara ha elegido respaldar explícitamente a Hamás con estos encuentros tan cargados de simbolismo.
Estas reuniones, junto con otras similares en Moscú, Irán y Doha, han reforzado la postura de Hamás, facilitándole apoyo e influencia después de su atroz masacre. Ningún otro grupo en la historia reciente ha cometido una matanza de tal magnitud, afectando a tantos civiles y tomando rehenes, para después ser objeto de múltiples encuentros diplomáticos de alto nivel en tan breve periodo, incluyendo reuniones con dos aliados de Estados Unidos en la región. Doha y Ankara, importantes aliados occidentales, acogen ahora a un grupo que ha masacrado a cientos de civiles y aún retiene a 133 rehenes.
Durante la reunión con los líderes de Hamás, el presidente turco realizó una comparación entre los ataques de Hamás contra Israel y la guerra de independencia de Turquía, según reportó el periódico Daily Sabah. “Somos muy conscientes del costo de decir esto, pero el mundo debe conocer la verdad”, afirmó el líder turco. Esta declaración fue parte de una serie de encuentros diplomáticos que incluyeron reuniones entre el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía y Haniyeh en Doha, así como una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán el 19 de abril, reafirmando el apoyo común a Hamás y la oposición a la presencia estadounidense en Siria.
Los medios turcos, ampliamente controlados por el estado, han mantenido una cobertura extensa y crítica hacia Israel, lo cual refuerza la línea de disciplina política durante estas reuniones. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, a través de su portavoz, condenó a Israel por “masacrar a 35,000 palestinos”, acusación que refleja el tono severo de Ankara hacia Israel, señalando a las autoridades israelíes como responsables de graves atrocidades, que según ellos, incluyen a una mayoría de mujeres y niños. Esta postura es consistente con la posición turca, que identifica la guerra en Gaza como la fuente principal de inestabilidad en la región y critica la contribución de Israel al mismo.
El mensaje de Ankara, que ha sido firme y a menudo coordinado con Irán, se ha enfocado en incrementar el apoyo público a Hamás, más de seis meses después del inicio de la guerra. Esta postura se ve reforzada por conversaciones recientes con Egipto y otros países, y por declaraciones sobre el deseo de aumentar la ayuda humanitaria a Gaza. A esto se suma la retórica de Yeni Safak, un periódico turco de derecha, que promueve una escalada de tensiones en Judea y Samaria en respuesta a operaciones militares israelíes en Tulkarem, lo que sugiere un interés por parte de Ankara en inflamar aún más la situación.
Mientras tanto, una nueva iniciativa denominada Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), incluyendo a la ONG turca Humanitarian Relief Foundation (IHH) entre sus patrocinadores, está organizando una flotilla que podría zarpar hacia Gaza en vísperas de Pascua, una fecha simbólica que recuerda otros actos de agresión, como el lanzamiento de cohetes desde Líbano por grupos terroristas apoyados por Hezbolá contra Israel.
La relación entre Turquía y Hamás ha sido consistente a lo largo de los años, marcada por encuentros diplomáticos frecuentes que destacan un alineamiento estratégico significativo. Desde 2019-2020, bajo la administración de Donald Trump y tras el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, Turquía intensificó las visitas de alto nivel de Hamás. Esto continuó a pesar de un período de aparente acercamiento entre Israel y Turquía entre 2021 y 2022.
Durante este tiempo, algunos analistas sugirieron que Israel debería moderar sus relaciones en desarrollo con Grecia y Chipre y, en su lugar, fortalecer los lazos comerciales con Turquía. La idea era aumentar la dependencia de Israel de Turquía en áreas clave como la energía y otros intercambios comerciales, proporcionando a Ankara una mayor influencia sobre Israel en tiempos de conflicto, especialmente en situaciones que involucran a Hamás y el contexto más amplio de Gaza.
La alianza entre Turquía y Qatar, ambos con vínculos cercanos con Teherán, también desempeña un papel crucial en este entramado geopolítico. Ambos países han acogido a Hamás, y esta relación ha sido vista como una forma de ejercer influencia indirecta sobre Israel. La noción de que los flujos de fondos hacia Hamás podrían disuadir a la organización de realizar operaciones militares resultó ser una falacia, como lo demostró el escalofriante preludio al 7 de octubre de 2023.
La reciente visita de Hamás a Turquía el 20 de abril es solo la última manifestación de una estrategia continua que está entrando en una nueva fase, con implicaciones potenciales para la estabilidad en Judea y Samaria y otros desarrollos en la región. La disposición de Ankara a continuar su apoyo a Hamás podría, efectivamente, precipitar un aumento en las tensiones y desencadenar nuevas dinámicas conflictivas en la región.