Ayer, martes 8 de agosto, Dustin Hoffman cumplió 80 años y para celebrarlo, el canal Turner Classic Movies emitió tres películas de su amplísima filmografía: Cowboy de medianoche, que le valió su segunda nominación al Óscar, Rain Man y Descubriendo Nunca Jamás, en la cual encarna al productor teatral Charles Frohman, el empresario que llevó a los escenarios la obra Peter Pan, de James Barrie.
Dustin Hoffman nació el 8 de agosto de 1937 en Los Ángeles dentro de una familia judía, y su primera conexión con el séptimo arte le llegó a través de su padre, que trabajaba como técnico en el estudio Columbia Pictures y, por tanto, el mundo del cine formó parte de su vida desde su venida al mundo. De hecho, su nombre, Dustin, lo eligieron sus padres como recuerdo y homenaje a Dustin Farnum, un actor especializado en westerns de la época del cine mudo.
Quiso estudiar medicina, pero finalmente dejó los estudios para convertirse en intérprete. Se matriculó primero en la Pasadena Playhouse y luego en el famoso Actor’s Studio de Nueva York donde tuvo como profesores a Lee Strasberg y Stella Adler, unos maestros que le enseñaron a ser tremendamente minucioso con los detalles y a reflexionar sobre la motivación de sus personajes. “Con cada personaje aprendo algo de mí mismo”, explica. “Hay que investigar, saber de dónde viene, qué y cómo le pasa y, cuando te pones delante de la cámara, olvidarlo todo para ser simplemente esa persona”.
El padre del actor nunca habló acerca del doloroso pasado de su familia como refugiados judíos de la brutalidad soviética. Pero en un episodio de Encontrando Tus Raíces, de PBS, la estrella de 80 años finalmente descubrió la verdad.
Dustin Hoffman rompió en lágrimas cuando el presentador Henry Louis Gates Jr. le mostró registros médicos pertenecientes a su bisabuela Libba, quien contra todos los pronósticos se las arregló para ingresar a los Estados Unidos a pesar de haber perdido un brazo y parte de su visión durante un duro período de cinco años en un campo de concentración comunista ruso, o gulag.
Según los registros médicos de la Isla Ellis, Libba fue descrita también como “senil” a su llegada – pero evidentemente eso no le impidió reconstruir su vida en Chicago, donde murió a los 76 años en 1944.
Su esposo e hijo fueron asesinados por los Cheka, la policía secreta de la Unión Soviética. Después de sobrevivir a cinco años de crueldad en el campo, Libba escapó y huyó a Argentina, antes de mudarse a Estados Unidos.
En un clip de la temporada final de la serie, que revela la historia familiar de las celebridades, Gates Jr. dice a Dustin Hoffman: “Esta es la heroína de tu árbol familiar,” mientras hace las revelaciones –mantenidas en secreto para Hoffman desde la niñez.
“Ella fue una heroína,” respondió Dustin Hoffman, antes de romper en lágrimas. “La gente me pregunta hoy: ‘¿Qué eres?’ Yo digo, ‘Soy un judío’ ” continuó la estrella de Hollywood, luchando a través de las lágrimas. “Todos ellos sobrevivieron para que yo esté aquí hoy.”
En sus ya casi seis décadas de profesión, Dustin Hoffman ha regalado al público interpretaciones inolvidables como las de Marathon Man, Perros de paja o Tootsie y ha trabajado a las órdenes de directores tan prestigiosos como Sam Peckinpah, John Schlesinger, Arthur Penn, Bob Fosse o Alan J. Pakula.
En 1979 consiguió su primera estatuilla a mejor actor por hacer de un padre divorciado en la meditada y emotiva Kramer contra Kramer. Un premio que volvió a obtener en 1988 por interpretar a un autista en Rain Man, un proyecto que estuvo a punto de abandonar en pleno rodaje porque pensaba que estaba haciendo el peor trabajo de toda su carrera. “Tengo unos demonios interiores que me hacen dudar y que me han costado domar”, reconoció hace años en una entrevista.
Con 80 años sigue en la brecha. Ya le ofrecen pocos papeles protagonista pero él lo tiene asumido: “Hay algo que las estrellas olvidan y es que un día das toda la vuelta y te conviertes en actor de reparto”. Le acabamos de ver en la serie de televisión Los Medici: Señores de Florencia y en el pasado Festival de Cannes presentó The Meyerowitz Stories, dirigida por Noah Baumbach.
“Muchas estrellas como John Wayne, Humphrey Bogart o Spencer Tracy han tenido un estilo propio, pero yo he intentado desaparecer como persona y sorprender al público”, cuenta. Lo cierto es que, durante los años 60 y 70, su figura supuso un cambio esencial en el modo de entender el atractivo masculino y abrió la puerta a actores como Al Pacino, Robert De Niro o Dennis Hooper. No está nada mal para un actor repleto de dudas e inseguridades.
Fuente: itongadol.com.ar