Miles de afligidos israelíes asistieron el domingo al funeral de Ari Nesher, de 17 años, hijo del aclamado director israelí Avi Nesher, quien murió la semana pasada en Tel Aviv.
Ari Nesher y un amigo viajaban en una bicicleta eléctrica en el bulevar Rokach, al norte de la ciudad, el lunes por la mañana cuando fueron alcanzados por el jugador de fútbol de la Premier League israelí Itzhak Asefa, quien posteriormente huyó de la escena. Nesher sufrió heridas graves en la cabeza y murió el jueves.
«En unos momentos enterraremos el cuerpo de nuestro hijo», dijo Avi Nesher en el cementerio de Moshav Udim, según el diario Yedioth Ahronoth. «Pagaría cualquier precio por estar en sus zapatos, y ser enterrado en su lugar».
«No hago películas con finales absolutamente buenos, pero tampoco me gustan los finales absolutamente malos porque la vida es bastante dura», agregó.
«A lo largo de los años lo llamé ‘magia’ porque eso era lo que era: magia», dijo Iris Nesher, la madre de Ari. «Cuando llegamos al hospital no había nada más que hacer que esperar un milagro«.
La prisión preventiva de Asefa se extendió hasta el martes, luego de un interrogatorio policial el sábado luego de reunirse con su nuevo abogado, quien fue designado por su equipo de fútbol FC Ashdod.
Tras el anuncio de la muerte de Nesher, las noticias de Hadashot informaron que la policía está planeando en la próxima audiencia para la extensión de la prisión preventiva de Asefa, actualizar los cargos en su contra, acusándolo de “asesinato”, para lo cual podría cumplir hasta 20 años.
La estación de televisión informó el domingo que Asefa no confesó haber atropellado a Nesher, citando fuentes policiales.
Después de la muerte de Nesher, la familia anunció que donarían sus órganos para honrar a Ari, que había sido voluntario del servicio de rescate Magen David Adom y que siempre había trabajado para ayudar a otros.
«Desde la creencia de que no hay nada más importante que salvar vidas, la familia Nesher, con una nobleza excepcional en este momento tan difícil, decidió donar los órganos de Ari con la esperanza de salvar a otros», dijo el centro de trasplantes.
Su corazón fue donado a un hombre de 60 años cuya condición se había deteriorado rápidamente en los últimos días. Sus pulmones fueron a un hombre de 50 años en el Beilinson Hospital en Petah Tikvah y el hígado fue trasplantado a un hombre de 36 años en Tel Aviv.
Un riñón fue para salvar a un niño de 17 años en el Centro Médico para Niños Schneider y el otro riñon fue trasplantado a un niño de 10 años en Haifa. Sus córneas serían trasplantadas en los próximos días, dijo el centro.
En una declaración poco después de su muerte, la familia de Nesher dijo que su hijo había celebrado su cumpleaños número 17 rodeado de seres queridos en el hospital.
«Nuestro Ari no era solo un chico guapo. Era un niño talentoso, curioso, ingenioso y feliz«, elogió su familia.
«Era un joven cineasta talentoso y siempre trató de ayudar a cualquier persona necesitada. Ari soñaba con ser un paramédico en el ejército, y el año pasado se ofreció como voluntario todas las semanas con Magen David Adom».
«Desde una edad temprana, Ari evocó en todos los que le rodeaban el deseo de vivir y regocijarse y tomar parte en esta cosa maravillosa llamada vida», dijeron.
El segundo adolescente herido en el accidente fue llevado al Hospital Beilinson de Petah Tikva, donde se está recuperando de lesiones moderadas.
Asefa fue arrestado poco después por la policía, quienes dijeron que su nivel de alcohol en la sangre era cinco veces superior al límite legal.
Según un informe de noticias del miércoles de Hadashot, Asefa y otros siete amigos habían comprado tres botellas de vodka y se habían ganado una botella extra en un club que visitaron la noche del accidente.
No quedó claro si el propio Asefa bebió de ese alcohol antes de subirse a su automóvil y golpear a Nesher. Si bien la policía dijo que consideraba que tenía alcohol en su sistema después de su arresto, es posible que lo hubiera consumido después de huir de la escena.
Las autoridades dijeron que todavía estaban interrogando a los amigos y testigos de Asefa en el bar para confirmar la conducta de los jugadores de fútbol esa noche.