En esta cuarta guerra entre Israel y los dirigentes de Hamás en Gaza, el grupo terrorista islamista ha disparado más de 4.000 cohetes contra Israel, algunos de los cuales han impactado en lo más profundo del territorio israelí y con mayor precisión que nunca.
Las andanadas sin precedentes que llegan al norte de Tel Aviv, junto con los lanzamientos de drones e incluso un intento de ataque submarino con drones, han puesto en evidencia un arsenal propio que no ha hecho más que aumentar a pesar de los 14 años de bloqueo israelí-egipcio de la franja costera.
“La magnitud de los bombardeos [de Hamás] es mucho mayor, y la precisión es mucho mejor en este conflicto”, dijo Mkhaimar Abusada, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Al-Azhar en la ciudad de Gaza. “Es impactante lo que han sido capaces de hacer bajo el asedio”.
Israel ha argumentado que el bloqueo es esencial para evitar un aumento de armas de Hamás y que no puede ser levantado.
He aquí un vistazo a cómo, a pesar de la intensa vigilancia y las estrictas restricciones, Hamás ha conseguido amasar su alijo.
De las bombas rudimentarias a los cohetes de largo alcance
Desde la fundación de Hamás en 1987, el ala militar secreta del grupo -que opera junto a una organización política más visible- pasó de ser una pequeña milicia a lo que Israel describe como un “ejército semiorganizado”.
En sus inicios, el grupo llevó a cabo mortíferos tiroteos y secuestros de israelíes. Mató a cientos de israelíes en atentados suicidas durante la segunda intifada o levantamiento palestino, que estalló a finales de 2000.
A medida que la violencia se extendía, el grupo comenzó a fabricar cohetes “Qassam” rudimentarios. Impulsados en parte por azúcar fundido, los proyectiles alcanzaban unos pocos kilómetros (millas), volaban a lo loco y causaban pocos daños, aterrizando a menudo dentro de Gaza.
Tras la retirada de Israel de Gaza en 2005, Hamás montó una línea de suministro secreta desde sus antiguos patrocinadores, Irán y Siria, según las FDI. Cohetes de mayor alcance, potentes explosivos, metal y maquinaria inundaron la frontera sur de Gaza con Egipto. Los expertos afirman que los cohetes se enviaban a Sudán, se transportaban en camiones a través del vasto desierto egipcio y se introducían de contrabando a través de un laberinto de estrechos túneles bajo la península del Sinaí.
En 2007, cuando los combatientes de Hamás expulsaron a la Autoridad Palestina de Gaza y se hicieron con el gobierno de la franja costera, Israel y Egipto impusieron su estricto bloqueo.
Según las FDI, el contrabando continuó, ganando fuerza después de que Mohamed Morsi, un líder islamista y aliado de Hamás, fuera elegido presidente de Egipto en 2012 antes de ser derrocado por el ejército egipcio.
Los militantes de Gaza se abastecieron de cohetes de fabricación extranjera con mayor alcance, como los Katyushas y los Fajr-5 suministrados por Irán, que se utilizaron durante los enfrentamientos con Israel en 2008 y 2012.
Una industria propia
Tras el derrocamiento de Morsi, Egipto reprimió y cerró cientos de túneles de contrabando. En respuesta, la industria local de armas de Gaza se recuperó.
“La narrativa iraní es que ellos iniciaron toda la producción de misiles en Gaza y les dieron la base técnica y de conocimientos, pero ahora los palestinos son autosuficientes, dijo Fabian Hinz, un analista de seguridad independiente centrado en los misiles en Oriente Medio. Hoy, la mayoría de los cohetes que vemos son de fabricación nacional, a menudo con técnicas creativas”.
En un documental emitido en septiembre por la cadena de noticias por satélite Al Jazeera, unas raras imágenes mostraban a los terroristas de Hamás rearmando cohetes iraníes con un alcance de hasta 80 kilómetros (50 millas) y ojivas cargadas con 175 kilogramos (385 libras) de explosivos. Los terroristas de Hamás abrieron misiles israelíes sin explotar de ataques anteriores para extraer materiales explosivos. Incluso rescataron viejas tuberías de agua para reutilizarlas como cuerpos de misiles.
Para producir cohetes, los químicos e ingenieros de Hamás mezclan el propulsor con fertilizantes, oxidantes y otros ingredientes en fábricas improvisadas. Se cree que el contrabando clave se sigue introduciendo en Gaza en un puñado de túneles que siguen funcionando.
Hamás ha elogiado públicamente a Irán por su ayuda, que, según los expertos, ahora adopta principalmente la forma de planos, conocimientos de ingeniería, pruebas de motores y otros conocimientos técnicos. El Departamento de Estado de Estados Unidos informa de que Irán proporciona 100 millones de dólares al año a los grupos armados palestinos.
El arsenal a la vista
Las Fuerzas de Defensa de Israel estiman que, antes de la actual ronda de combates, Hamás disponía de un arsenal de 7.000 cohetes de distinto alcance que pueden cubrir casi todo Israel, así como de 300 misiles antitanque y 100 antiaéreos. También ha adquirido decenas de vehículos aéreos no tripulados y cuenta con un ejército de unos 30.000 militantes, incluidos 400 comandos navales.
En esta última guerra, Hamás ha dado a conocer nuevas armas como aviones no tripulados de ataque, aviones no tripulados submarinos enviados al mar y un cohete no guiado llamado “Ayyash” con un alcance de 250 kilómetros (155 millas). Israel afirma que esos nuevos sistemas se han visto frustrados o no han podido realizar ataques directos.
Las FDI afirman que su actual operación ha asestado un duro golpe a las instalaciones de investigación, almacenamiento y producción de armas de Hamás, pero los funcionarios israelíes reconocen que no han podido detener las constantes descargas de cohetes.