Un funcionario israelí informó que la orden del ministro de Energía, Eli Cohen, de interrumpir el suministro eléctrico en Gaza solo perjudicará a una planta desalinizadora específica. La instalación, ubicada en Deir el-Balah, en el centro de la Franja, dejará de recibir electricidad israelí.
El suministro de energía desde Israel hacia Gaza fue suspendido tras el 7 de octubre, pero en noviembre se restableció exclusivamente para esta planta. Los residentes del enclave dependen en su mayoría de paneles solares y generadores de combustible para obtener electricidad. La desalinizadora afectada abastece a más de 600.000 personas mediante camiones cisterna y las redes de distribución en Deir el-Balah y Jan Yunis. La interrupción también podría afectar las bombas de agua y el sistema de saneamiento.
El domingo, Cohen ordenó a la Corporación Eléctrica de Israel cesar el envío de electricidad a Gaza de manera inmediata. La decisión forma parte de la estrategia de presión sobre el enclave, donde aún se encuentran 24 rehenes y los cuerpos de otros 35. “Utilizaremos todos los medios disponibles para recuperar a los secuestrados y garantizar que Hamás no siga en Gaza tras la guerra”, afirmó Cohen en un video. Su despacho difundió una carta instruyendo la suspensión de la venta de electricidad a las plantas en el territorio.
Este corte se produce después de que Israel anunciara, el 2 de marzo, la suspensión del ingreso de bienes a Gaza en respuesta a la negativa de Hamás a aceptar un acuerdo para extender la tregua y liberar rehenes. Israel advirtió que habría represalias y que no descartaba retomar la guerra.
El bloqueo de la ayuda humanitaria ha generado críticas de gobiernos occidentales y condenas de países árabes, que acusan a Israel de utilizar la “hambruna” como arma de guerra. No obstante, Estados Unidos respaldó la medida, y el gobierno de Benjamin Netanyahu sostiene que en Gaza hay provisiones suficientes, pero Hamás las emplea para mantener su control y financiar ataques contra Israel.
Netanyahu ha reafirmado su intención de aumentar la presión y no descarta una desconexión total de la electricidad si Hamás no cede en las negociaciones. La tregua parcial, vigente desde el 19 de enero, permitió la entrada de ayuda humanitaria tras más de un año de combates. la guerra se intensificó el 7 de octubre de 2023, cuando terroristas de Hamás asesinaron a unas 1.200 personas en Israel y secuestraron a 251.
Las negociaciones para una segunda fase del acuerdo, previstas para el 3 de febrero, siguen estancadas. Israel rechaza la propuesta que exige su retirada total de Gaza y el fin de la guerra a cambio de la liberación de los rehenes restantes. A pesar de ello, continúan diálogos indirectos entre Estados Unidos y Hamás sobre una posible extensión temporal de la tregua a cambio de la liberación parcial de secuestrados. Netanyahu confirmó que una delegación israelí viajará el lunes a Doha para avanzar en las conversaciones.
Según The Wall Street Journal, Israel podría intensificar su ofensiva si Netanyahu considera que las negociaciones no progresan o si las condiciones de Hamás resultan inaceptables. Entre las medidas evaluadas se incluyen el corte total de electricidad y agua en Gaza.