El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, explicó en detalle el enfoque multifacético que la administración de Biden espera que Israel implemente previo a su ofensiva final contra Hamás en Rafah, ubicada al sur de Gaza.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Sullivan subrayó la importancia de que Israel asegure la protección de más de un millón de palestinos que se encuentran refugiados en dicha ciudad.
El plan, según Sullivan, debe contemplar el acceso ininterrumpido de ayuda humanitaria a los habitantes de Gaza. Esta medida se vuelve crítica al considerar que la operación en Rafah podría conllevar al cierre del paso fronterizo con Egipto, afectando directamente el flujo de asistencia hacia la región.
Este mes, Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., abogó por la apertura del cruce fronterizo de Erez, en el norte de Gaza. Paralelamente, el presidente Biden instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a garantizar la entrada de ayuda humanitaria a través del paso de Kerem Shalom, durante una conversación telefónica.
La situación se tensa con las acciones del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, quien ha permitido que continúen las protestas en la zona, contraviniendo las exigencias de EE. UU.
Sullivan destacó la necesidad de responder cómo se mantendrá un nivel adecuado de asistencia a los palestinos, incluyendo acceso a alimentos, medicinas, agua y alojamiento. La preocupación de Egipto ante la posibilidad de que la operación en Rafah desencadene un éxodo masivo de palestinos hacia su territorio fue otro punto mencionado por Sullivan, quien aseguró que es imperativo ofrecer una solución clara a esta problemática.