Una investigación de la organización Abogados del Reino Unido por Israel (UKLFI) revisó las denuncias de organismos internacionales sobre hambruna y desnutrición severa en Gaza durante la guerra entre Israel y Hamás. El estudio concluyó que, según las cifras de estas mismas organizaciones, la hambruna no se produjo en el territorio.
El documento señaló fallos en los reportes de dichas entidades debido al uso de datos incompletos o erróneos, inconsistencias metodológicas, falta de actualización con información reciente y un posible sesgo en la interpretación de los hechos. Además, destacó que estos datos fueron utilizados como prueba en procedimientos judiciales contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, generando complicaciones legales para el país.
Desde el inicio de la guerra, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), vinculada a la ONU, y la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambrunas (FEWS NET), respaldada por USAID, emitieron informes periódicos sobre la situación alimentaria en Gaza. En estos, se advirtió que la hambruna era inminente o ya estaba presente en algunas zonas del territorio durante 2024.
A partir de mayo de 2024, expertos israelíes en salud pública y académicos comenzaron a cuestionar la veracidad de estos informes, señalando omisiones en el análisis del suministro de ayuda y el uso de fuentes poco fiables. La investigación de UKLFI, publicada la semana pasada, concluyó que, según los estándares del IPC, no hubo hambruna en Gaza durante la guerra y que los niveles de desnutrición aguda apenas superaron los registrados antes de la guerra.
El estudio atribuyó estos errores a la omisión de fuentes clave de abastecimiento de alimentos, una clasificación incorrecta de los propios datos del IPC y el uso de referencias inexactas sobre la desnutrición previa a la guerra, lo que generó la percepción de un aumento significativo del problema durante la guerra.
Informes erróneos sobre hambruna en Gaza influyeron en procesos contra Israel
El análisis de UKLFI identificó múltiples errores en las evaluaciones del IPC y FEWS NET sobre la hambruna y la malnutrición en Gaza, incluyendo el uso de métricas incompatibles y una sobreestimación de la población en el norte del territorio. Esta última falla llevó a predicciones alarmantes sobre la crisis alimentaria, basadas en una comprensión equivocada de la cantidad de ayuda disponible por persona.
Las acusaciones de hambruna han sido clave en los procesos legales contra Israel en la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, donde se ha acusado al primer ministro Benjamin Netanyahu y al exministro de Defensa, Yoav Gallant de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. La CPI emitió órdenes de arresto contra ambos, señalando que utilizaron el hambre como método de guerra contra los palestinos.
El informe de UKLFI recomendó mayor precisión y objetividad en futuras evaluaciones de seguridad alimentaria, con el fin de evitar respuestas internacionales desproporcionadas y fundamentadas en datos erróneos.
Tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, Israel lanzó una ofensiva militar en Gaza y limitó temporalmente la entrada de ayuda humanitaria. Sin embargo, dos semanas después del inicio de la guerra, comenzaron a llegar suministros a la Franja.
Dos de los informes más cuestionados fueron publicados por el Comité de Revisión de la Hambruna (FRC) del IPC en marzo y noviembre de 2024. En el primero, se afirmó que la hambruna era “inminente”, especialmente en el norte de Gaza, y que 677.000 personas estaban en la fase más crítica de inseguridad alimentaria. De ser cierta esta estimación, habría implicado que al menos 135 personas morían de hambre cada día en marzo de 2024, algo que el informe de UKLFI desmintió con base en los propios datos de las organizaciones involucradas.
Informes sobre hambruna en Gaza presentaron datos inconsistentes
Un informe especial del IPC proyectó que entre el 16 de marzo y el 15 de julio de 2024, 1,1 millones de personas en Gaza alcanzarían el nivel de Catástrofe de Fase 5, lo que implicaría al menos 221 muertes diarias por hambre. En noviembre, el Comité de Revisión de la Hambruna (FRC) advirtió sobre una “probabilidad inminente y sustancial de hambruna”, y en diciembre, FEWS NET aseguró que un “escenario de hambruna” se estaba desarrollando en el norte de Gaza.
Sin embargo, el análisis de UKLFI reveló múltiples fallos en estos reportes. En junio de 2024, el propio FRC publicó una actualización donde reconocía que “la evidencia disponible no indica que se esté produciendo una hambruna”, contradiciendo sus alarmantes predicciones de marzo.
El informe de marzo tampoco incluyó estadísticas sobre la mortalidad por desnutrición que supuestamente estaba ocurriendo y afirmó que la crisis alimentaria se intensificaría entre marzo y julio. Según UKLFI, ese informe registró solo 25 muertes por desnutrición en total, cuando, de haberse alcanzado el nivel de Catástrofe de Fase 5 en el norte de Gaza, al menos 60 personas deberían haber muerto cada día por esa causa.
En junio, un nuevo informe proporcionó una tasa de mortalidad por todas las causas, combinando víctimas de la acción militar y la desnutrición. Sin embargo, si solo se hubieran contado muertes no traumáticas, el nivel de inseguridad alimentaria no habría superado la Fase 3. A pesar de ello, UKLFI denunció que el FRC y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tenían acceso a cifras precisas de muertes no traumáticas, pero optaron por no publicarlas.
Otro problema crítico del informe de marzo, también identificado en un estudio israelí publicado en mayo por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, fue la omisión de los alimentos proporcionados al norte de Gaza por el sector privado y la ayuda humanitaria enviada a la región. Según UKLFI, esta omisión contribuyó a una imagen distorsionada de la crisis alimentaria en la Franja.
Informe cuestionado fue clave en procesos legales contra Israel
El informe de marzo del FRC, citado por la Corte Internacional de Justicia en la demanda por genocidio presentada por Sudáfrica contra Israel, también fue mencionado por el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, al solicitar órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant. Khan destacó la afirmación de que 1,1 millones de personas enfrentaban una “hambruna catastrófica”, describiéndola como la cifra más alta “jamás registrada en cualquier lugar y en cualquier momento”.
En noviembre, el FRC emitió una “Alerta” que advertía sobre una “probabilidad sustancial de hambruna” en Gaza, particularmente en el norte, y sostenía que el hambre, la desnutrición y el exceso de mortalidad “estaban aumentando rápidamente”. Sin embargo, este informe tampoco incluyó datos de mortalidad que respaldaran sus afirmaciones. Además, utilizó un parámetro de desnutrición conocido como MUAC, que indicaba una situación de fase 3, pero sin proporcionar detalles precisos.
Ese mismo mes, otro informe del FRC afirmó que la desnutrición aguda era “diez veces mayor” que antes de la guerra. No obstante, UKLFI señaló que tanto el FRC como FEWS NET calcularon erróneamente la tasa de MUAC previa al 7 de octubre de 2023, afirmando que era del 1% cuando en realidad era del 4%.
Los datos utilizados en el informe de noviembre mostraron que la tasa de MUAC en el norte de Gaza durante agosto y septiembre era del 2%, correspondiente a la Fase 1 del IPC, mientras que en toda Gaza alcanzó el 5%, lo que indicaba una Fase 2, apenas por encima de los niveles previos a la guerra.
Según UKLFI, “no ha habido hambruna, según la definición del IPC, en la Franja de Gaza desde octubre de 2023”, y los niveles de desnutrición aguda solo han aumentado ligeramente en comparación con las cifras anteriores al conflicto.
El informe de UKLFI denunció que los reportes del IPC y FEWS NET mostraron un “patrón de sobreestimación y tergiversación” debido a la dependencia de datos incompletos o inexactos, la aplicación inconsistente de metodologías, la falta de actualización con nuevos datos y un posible sesgo en la interpretación de los hallazgos.
Los autores advirtieron que estos errores llevaron a una representación exagerada de la crisis alimentaria en Gaza, con repercusiones en la opinión pública y la política internacional.
Hasta el momento, el IPC no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre estas observaciones.