Hamás anunció un acuerdo con Israel para el intercambio “simultáneo” de los cuerpos de cuatro rehenes israelíes y 602 terroristas palestinos encarcelados. Esta decisión evitaría el colapso del alto el fuego antes de completar su primera fase.
El grupo terrorista detalló en un comunicado que la liberación incluirá, además de los cuerpos de los rehenes, un número equivalente de mujeres y niños palestinos. Un funcionario israelí confirmó el acuerdo y señaló que Egipto supervisará el intercambio.
Israel debía excarcelar a los terroristas el sábado, pero se negó debido a las violaciones de Hamás durante la entrega de los restos de la familia Bibas y a las ceremonias propagandísticas organizadas por el grupo terrorista. Aunque Hamás prometió no repetir estos actos en la liberación de los cuatro rehenes asesinados, incumplimientos previos generaron desconfianza en el gobierno israelí, que insistió en retrasar la excarcelación hasta recibir garantías.
Hamás informó que el acuerdo se alcanzó en reuniones en El Cairo con mediadores egipcios y afirmó su compromiso con todos los términos del pacto. Estados Unidos respaldó la decisión de Israel de postergar la liberación de los 600 terroristas palestinos, calificándola como una “respuesta apropiada” al trato “bárbaro” de Hamás hacia los rehenes. El presidente Donald Trump reiteró su apoyo a Israel en cualquier acción contra el grupo terrorista.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que los 602 terroristas no serán excarcelados hasta que Hamás garantice el fin de las ceremonias humillantes organizadas para conmemorar la entrega de rehenes. Hamás exigió su liberación antes de continuar negociaciones y pidió a los mediadores presionar a Israel para cumplir el acuerdo. Netanyahu reiteró que la excarcelación solo se concretará si cesan las celebraciones públicas.
Desde Hamás, Ezzat El Rashq acusó a Netanyahu de sabotear el acuerdo y violar sus términos. Israel exigió garantías de que no habrá más eventos propagandísticos antes de liberar a los terroristas palestinos.
Cuando los 600 terroristas estaban listos para ser liberados, fueron obligados a descender de los autobuses en la prisión de Ofer. Sus familiares, que aguardaban en Judea y Samaria, reaccionaron con indignación y tristeza. El retraso se produjo después de la difusión de imágenes de rehenes israelíes liberados junto a miembros armados de Hamás. En uno de los eventos, Omer Shem Tov fue forzado a besar la cabeza de dos combatientes y a saludar a la multitud. La ONU y la Cruz Roja condenaron estos actos.
Entre los terroristas que Israel planeaba liberar, había 50 condenados a cadena perpetua y 60 con largas sentencias. Nael Barghouti, encarcelado desde 1978 por asesinar a un conductor de autobús, liberado en 2011 en el acuerdo por Gilad Shalit y recapturado en 2014 por terrorismo, estaba en la lista. También figuraban 47 terroristas excarcelados en 2011 y posteriormente arrestados de nuevo, como Ammar Zaban, líder de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, condenado a 27 cadenas perpetuas por su participación en atentados.
Casi 100 terroristas serían deportados: 11 enviados a Gaza, 43 a Judea, Samaria y Jerusalén Oriental, y 445 palestinos detenidos desde el 7 de octubre sin cargos serían liberados. Antes de la excarcelación, el jefe del Servicio Penitenciario de Israel, Kobi Yaakobi, ordenó que los terroristas vistieran camisetas con un versículo de los Salmos en árabe: “Perseguí a mis enemigos y los alcancé, y no volví hasta su destrucción”, junto a brazaletes con la frase: “El pueblo eterno no olvida”.