La región de Rafah, ubicada al sur de Gaza, ha sido declarada “zona de desastre” por el gobierno local controlado por Hamás. Esta medida se produce después de los recientes operativos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la zona, cuyo objetivo es destruir la infraestructura terrorista y acabar con el grupo extremista.
Según un informe oficial, la infraestructura civil y pública de Rafah ha sufrido daños devastadores. Se estima que el 90% de las 50.000 viviendas de la región han quedado completamente destruidas. Además, 22 de los 24 pozos han quedado inutilizados, el 85% del sistema de alcantarillado ha colapsado y 320 kilómetros de carreteras han quedado arrasados.
El informe también señala que 12 centros médicos, ocho escuelas y alrededor de 100 mezquitas fueron destruidos. Miles de dunams de tierras agrícolas también resultaron gravemente afectadas. Entre los barrios más dañados se encuentran A-Salam, Brazil, Janina y el “campo de refugiados” de Rafah, donde se calcula que el 90% de la zona fue destruida.
El gobierno local también señaló que el cierre prolongado del cruce de Kerem Shalom ha exacerbado la crisis humanitaria, especialmente debido a la escasez de combustible necesario para operar las bombas de agua que aún funcionan.
Por otro lado, los líderes de Gaza, bajo control de Hamás, reafirmaron su apoyo a la masacre ocurrida el 7 de octubre. El grupo terrorista sigue acumulando grandes reservas de combustible y alimentos para mantener sus actividades ilícitas.