La Jihad Islámica ha estado tratando de provocar una escalada de tensiones en Gaza, con la esperanza de detener cualquier alto el fuego a largo plazo que pueda impedir su capacidad de actuar contra Israel.
Primero intentó colocar un dispositivo explosivo grande en la cerca de la frontera, pero este plan se rayó cuando se expuso. El segundo intento fue lanzar un misil hacia Israel, que cayó en el mar frente a la costa sur de Israel.
El tercer intento de provocar violencia, que funcionó, fue el fuego de francotiradores del viernes que hirió a dos soldados de las FDI. Israel respondió con ataques a Gaza en los que murieron dos militantes de Hamás. Y de repente, la Jihad Islámica tenía lo que buscaba: Hamás se había unido a la lucha.

El líder de Hamás, Yahya Sinwar, conoce a los israelíes demasiado bien. Pasó años en sus cárceles, habla hebreo con fluidez y entiende lo que hace que su sociedad funcione.
El momento de esta ronda no podría ser mejor para él, con Israel a punto de conmemorar el día conmemorativo de los soldados caídos, celebrar su 71 ° Día de la Independencia y ser sede del prestigioso Festival de la Canción de Eurovisión, que si se cancela, reflejará el país y afectará a Israel. Economía y turismo. Puede aumentar la presión sobre Israel, sabiendo que no puede escapar a sus compromisos, tanto nacionales como internacionales.
Justo antes de que comenzara en serio esta ronda de combates, el enviado de la ONU Nikolay Mladenov presionó a Qatar para que aumentara su ayuda a Gaza. Pero mientras que el representante de Qatar Mohammed el-Amadi tenía que estar en Gaza, en lugar de eso fue a Texas por asuntos personales.
Además, Mladenov negoció la ayuda de Qatar de cupones de alimentos por valor de millones de dólares para que se les permitiera ingresar a las familias en Gaza para que puedan celebrar el Ramadán. Hasta ahora, estos cupones de alimentos no han llegado y el Ramadán comienza esta semana.

En El Cairo, continúan las conversaciones entre los mediadores egipcios y los líderes de Hamás y la Jihad Islámica. Hamás está representado por Sinwar y la Jihad Islámica por su líder Ziad Nahala y el comandante de la ciudad de Gaza, Baha al Atta, así como Wellas Khaled al-Batash, otro funcionario de alto rango.
Los últimos informes de El Cairo indican que las facciones palestinas están ahora interesadas en alcanzar un alto el fuego con Israel y terminar esta ronda de hostilidades. Pero Israel en este punto se está resistiendo.

La lista de demandas de Sinwar se conoce en Israel desde que se realizó, antes del estallido de este intercambio violento. Incluye un aumento del dinero de la ayuda, que se entregará en efectivo, los proyectos de ingeniería que se sancionarán y una extensión sustancial de la zona de pesca de Gaza, por nombrar algunos.
Israel hasta el momento no ha estado dispuesto a cumplir, pero habrá que hacer concesiones cuando se negocie el inevitable alto el fuego. Israel, al presentar sus propias demandas, sería prudente insistir en que Hamás gobierne sobre la Jihad Islámica respaldada por Irán.
Si Sinwar puede o quiere es otro asunto.