Según fuentes cercanas a Hamás, el grupo terrorista con sede en Gaza sospecha que Estados Unidos, Egipto y Qatar se coordinaron con Israel antes de emitir una declaración conjunta la semana pasada.
En esta declaración, se instó a ambas partes a regresar a la mesa de negociaciones y concretar un alto el fuego, así como un acuerdo para la liberación de rehenes.
Ayer, Hamás declaró que no participará en las negociaciones previstas para este jueves, a menos que se retomen los planes de rondas de conversaciones anteriores, sin incorporar marcos revisados.
Dos fuentes anónimas aseguran que Hamás está convencido de que este renovado impulso para las negociaciones tiene como objetivo prevenir una respuesta de Irán y Hezbolá tras el asesinato del líder del grupo, Ismail Haniyeh, en Teherán.
Este asesinato, del cual responsabilizan a Israel, coincide con la muerte de un alto dirigente de Hezbolá en un ataque de las FDI en Beirut.
Un funcionario palestino cercano a las conversaciones mencionó que la decisión de Hamás de no unirse a la mesa de negociaciones podría cambiar, aunque en este momento “Hamás cree que [el primer ministro Benjamin] Netanyahu no tiene intenciones serias de alcanzar un acuerdo”.