CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza – Al convertir un enorme parque de la ciudad de Gaza en un mar de banderas amarillas, decenas de miles de palestinos conmemoraron el jueves el aniversario de la muerte del líder árabe nacido en Egipto, Yasser Arafat, una rara muestra pública de apoyo a la facción de Fatah en el corazón de su rival islamista Hamás.
La concentración transcurrió sin incidentes, aunque los gobernantes de Hamás en Gaza han bloqueado y dispersado violentamente en el pasado las manifestaciones de solidaridad con el partido Al Fatah del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Los partidos palestinos llevan 15 años divididos entre Judea y Samaria y la bloqueada Franja de Gaza.
Las multitudes marcharon hacia el parque Katiba de la ciudad de Gaza, ondeando las banderas amarillas de Fatah, que Arafat fundó en la década de 1960. También levantaron fotos de Abbas, el sucesor de Arafat.
Arafat murió en 2004 en un hospital de Francia tras dos años de bloqueo israelí a su sede en Judea y Samaria. Los palestinos acusan a Israel de haberlo envenenado, pero no han ofrecido ninguna prueba, lo que aumenta el misterio que rodea la muerte.
Para Al Fatah, la capacidad de movilizar a las masas sirve de referéndum sobre su popularidad en la Gaza gobernada por Hamás. En 2007, Hamás derrotó a las fuerzas pro-Abbas y se apoderó del territorio tras una sangrienta semana de combates callejeros.
La reputación de Hamás, que administra Gaza bajo un bloqueo israelí-egipcio y la amenaza de repetidos conflictos destructivos con Israel, se ha resentido entre los palestinos en los últimos años. El grupo ha subido los impuestos a los residentes, pero ha tenido problemas para proporcionar incluso los servicios básicos. Las cuatro guerras con Israel y los 15 años de bloqueo han devastado la economía de Gaza.
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En un mensaje grabado que se reprodujo en el mitin, Abbas hizo un llamamiento a la unidad palestina para aliviar el bloqueo. Israel afirma que el bloqueo es necesario para impedir el almacenamiento de armas por parte del grupo terrorista Hamás. Los críticos lo consideran una forma de castigo colectivo, que confina a los dos millones de habitantes del territorio.
“Sentimos el sufrimiento de nuestro pueblo bajo el asedio opresivo”, dijo Abbas. “Este dolor y agonía no terminarán a menos que la división, que hizo retroceder nuestra causa, termine”.
Hamás no concede fácilmente permisos para estas manifestaciones de Al Fatah en su territorio. En 2007, pocos meses después de tomar el control de Gaza, Hamás atacó el mitin del aniversario de Arafat y mató a seis palestinos. En 2014, las autoridades impidieron a Al Fatah celebrar otra reunión.
Sin embargo, en el momento álgido de los esfuerzos egipcios por reconciliar a las facciones palestinas y poner fin al duradero cisma político y geográfico en 2017, Hamás permitió a Al Fatah realizar una celebración de Arafat.
El mes pasado, funcionarios de Hamás y Al Fatah celebraron una nueva ronda de conversaciones de reconciliación en Argelia y firmaron un esbozo de acuerdo que allanaría el camino hacia las elecciones. Pero pocos son optimistas en cuanto a que las facciones puedan superar sus diferencias, ya que han fracasado en la aplicación de acuerdos anteriores.