La ONU ha trabajado “de manera activa y constructiva” con Egipto para evitar que la situación en la Franja de Gaza explote, dijo el lunes el enviado de Naciones Unidas para Medio Oriente, Nickolay Mladenov
Los comentarios de Mladenov, en una conferencia sobre las relaciones de Israel con la ONU celebrada en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) en Tel Aviv, se producen unas tres semanas después de la última ronda de combates en Gaza, en la que se dispararon unos 700 cohetes contra Israel desde la Franja en un periodo de 48 horas. Mladenov y los egipcios jugaron un papel decisivo en la elaboración de entendimientos que condujeron a poner fin a la lucha.
Ni Israel ni Hamás han reconocido formalmente un alto el fuego, aunque la violencia ha sido sustancialmente reprimida.
Mladenov dijo que gran parte de su trabajo en los últimos meses se ha “centrado en la diplomacia preventiva”, un área en la que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quiere que la ONU centre sus esfuerzos, no solo en abordar las consecuencias del conflicto, pero para “tratar de trabajar con todas las partes para evitar conflictos”.
La ONU, dijo Mladenov, ha podido “participar activa y constructivamente en una asociación muy fuerte con Egipto para evitar que la situación en Gaza explote, para proporcionar ayuda humanitaria a la población de Gaza, para proporcionarles electricidad y crear estaciones temporales, con suerte, empleos permanentes para ellos, en la creencia de que esta es la única manera de evitar este ciclo constante de violencia que lleva a Israel y Hamás de nuevo al conflicto”.
Mladenov dijo que los problemas a largo plazo que “son importantes para todas las partes”, es decir, un alto el fuego permanente, un retorno del control de la Autoridad Palestina en Gaza, una “normalización del medio ambiente dentro de la Franja de Gaza” y abordan la cuestión humanitaria de los soldados israelíes y civiles desaparecidos en Gaza, solo se pueden abordar “si tenemos un período prolongado en el que evitamos la guerra en toda regla”.
El enviado de la ONU abrió su intervención diciendo que tanto él como Guterres se basan en tres pilares fundamentales para el trato de la organización con Israel: que Israel no es “un fenómeno temporal o un proyecto colonial, sino un Estado respetado y un miembro de la ONU aquí para quedarse”; que es un “miembro legítimo de la familia de naciones”; y que merece “vivir en paz y seguridad con todos los Estados que lo rodean”.
Mladenov reconoció que, dentro de la plétora de organismos de la ONU, “décadas de maniobras políticas han creado un número desproporcionado de resoluciones, informes y comités” que tratan con Israel a diario.
Citando al ex secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dijo poco antes de dejar el cargo que la “desproporcionada atención a Israel ha arruinado la capacidad de la ONU para cumplir con su papel de manera efectiva”.
Israel, dijo Mladenov, “no es un país que deba y pueda estar por encima de las críticas, pero es un país que no debe ser señalado de ninguna manera”. Dijo que hay numerosos componentes en la relación entre la ONU e Israel, y que uno de los que recibe mayor atención es el trabajo que realizan en Gaza y Cisjordania unas 19 agencias de la ONU.
Alon Bar, director general adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores para la ONU y las Organizaciones Internacionales, dijo que esas 19 organizaciones son precisamente responsables del enfoque desproporcionado del que hablaba Mladenov.