Representantes de no menos de diez gobiernos están inmersos en intensas negociaciones para establecer acuerdos decisivos que busquen poner término a la guerra en Gaza y resolver la compleja cuestión del gobierno del territorio tras el cese de las hostilidades.
En el núcleo de los diálogos más críticos se halla el esfuerzo por alcanzar una tregua entre Israel y la organización terrorista Hamás. Este acuerdo incluiría el intercambio de un centenar de rehenes israelíes en manos de Hamás por un alto el fuego, a cambio de la liberación de miles de terroristas palestinos encarcelados en Israel.
Paralelamente, se debate la reestructuración de la Autoridad Palestina, la entidad semiautónoma que gestiona partes de Judea y Samaria. Autoridades de Estados Unidos y países árabes están analizando cómo renovar la dirección de la Autoridad y la viabilidad de que esta asuma el control de Gaza tras la guerra, desplazando así a Israel y Hamás.
Una tercera línea de acción implica presiones de Estados Unidos y Arabia Saudita sobre Israel para que este acepte los términos de la creación de un Estado palestino. A cambio, Arabia Saudita establecería por primera vez relaciones formales con Israel.
La interconexión entre las demandas y resultados de estos tres enfoques es evidente, y se considera que las negociaciones serán prolongadas. La guerra se inició con un ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre, en el que asesinaron a aproximadamente 1.200 personas. En respuesta, el contraataque israelí ha causado, según Hamás, más de 25.000 muertos en Gaza. Sin embargo, esta cifra carece de verificación internacional y no distingue entre civiles y combatientes terroristas, ni considera las bajas civiles causadas por miles cohetes fallidos lanzados desde Gaza. El presidente Biden ha expresado un apoyo total a Israel en esta guerra.
En cada conjunto de negociaciones se enfrentan desafíos significativos. Israel, por ejemplo, se opone a conceder plena soberanía palestina, generando incertidumbre sobre el progreso en los frentes clave. Además, la ofensiva militar de Israel aún no ha eliminado a Hamás, lo que plantea dudas sobre cómo se podría persuadir a la organización para ceder control en Gaza.
Estados Unidos juega un papel central en estos esfuerzos. Brett McGurk, el principal asesor de la Casa Blanca para Oriente Medio, visitó la región la semana pasada. Asimismo, el Secretario de Estado, Antony J. Blinken, se ha comunicado repetidamente con McGurk durante un viaje por África, según un alto funcionario del Departamento de Estado. La administración Biden se esfuerza por mantener un diálogo constante y directo con líderes israelíes y árabes.
Se están considerando varias propuestas, muchas de las cuales son preliminares, arriesgadas o enfrentan la oposición de algunas partes. Entre las más controvertidas se encuentran:
- Cambiar la jerarquía de la Autoridad Palestina, reemplazando al presidente Mahmud Abbas por un nuevo primer ministro y relegándolo a un rol ceremonial.
- Desplegar una fuerza de paz árabe en Gaza para apoyar a la nueva administración palestina.
- Promover una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, con el respaldo de Estados Unidos, que reconozca el derecho de los palestinos a la condición de Estado.
A continuación se detalla un esquema para las tres estrategias, basado en entrevistas con más de una docena de diplomáticos y otros funcionarios involucrados en las conversaciones, quienes prefirieron el anonimato para debatir con mayor libertad.
Negociaciones sobre Rehenes y Alto el Fuego:
- Representantes estadounidenses enfocan en lograr un alto el fuego para cesar la guerra.
- Las negociaciones incluyen la liberación de más de 100 rehenes capturados por Hamás y sus aliados en la masacre del 7 de octubre.
- Hamás condiciona la liberación de los rehenes a que Israel acceda a un alto el fuego definitivo.
- Un grupo de Estados Unidos, Israel, Egipto y Qatar discute un pacto para suspender las hostilidades por hasta dos meses.
- Se propone liberar rehenes gradualmente a cambio de terroristas palestinos encarcelados en Israel.
- Diplomáticos buscan negociar una tregua más sólida que podría incluir varios puntos clave.
- William J. Burns, director de la CIA, tiene reuniones programadas en Europa para avanzar en las conversaciones.
- El llamado del Tribunal Mundial a Israel podría influir en las negociaciones.
Reestructuración de la Autoridad Palestina:
- Estados Unidos y países árabes presionan por una renovación de la Autoridad Palestina y un cambio en su liderazgo.
- Se percibe la gestión actual de Mahmoud Abbas como corrupta y autoritaria.
- Se sugiere que Abbas asuma un rol más simbólico y se nombre un nuevo primer ministro.
- Israel demanda reformas en el sistema educativo de la Autoridad Palestina y la eliminación de sueldos a terroristas.
- Se mencionan posibles sucesores de Abbas, con preferencias marcadas por él mismo.
- Se propone una fuerza de paz árabe, pero Israel prefiere una fuerza multinacional bajo su supervisión.
- Hay oposición árabe a la propuesta de Israel de una fuerza multinacional.
Normalización de Relaciones entre Arabia Saudí e Israel:
- La administración Biden reactiva conversaciones con Arabia Saudí para formalizar relaciones con Israel.
- Se discutía un acuerdo trilateral antes de la masacre del 7 de octubre.
- El acuerdo incluiría un tratado de defensa y cooperación nuclear civil entre Arabia Saudí y Estados Unidos.
- Arabia Saudí y Estados Unidos han aumentado sus exigencias a Israel desde el inicio de la guerra.
- Los saudíes condicionan su apoyo económico a la reconstrucción de Gaza a compromisos de Israel hacia un Estado palestino.
Estos nuevos términos fueron presentados por Blinken tras reunirse con el príncipe Mohammed en Arabia Saudí y luego comunicados al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Netanyahu ha rechazado esta propuesta, afirmando su intención de mantener el control militar israelí sobre Judea, Samaria y Gaza. Para asegurar a los saudíes y palestinos, se ha sugerido una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, auspiciada por Estados Unidos, que establezca el derecho palestino a la soberanía, aunque la idea aún no es definitiva.
Persiste la incertidumbre sobre si la administración Biden podrá entregar a Arabia Saudí un tratado de defensa mutua aprobado por el Senado, dado el escepticismo de algunos senadores demócratas y la proximidad de las elecciones presidenciales estadounidenses.