El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el miércoles que su propuesta para Gaza no contempla la expulsión de palestinos. Durante una conferencia de prensa en el Despacho Oval junto al primer ministro irlandés, Michael Martin, Trump desmintió esa idea cuando un periodista preguntó sobre el tema. “Nadie va a expulsar a ningún palestino”, afirmó.
Al presentar su plan en febrero, durante la visita del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a la Casa Blanca, Trump mencionó que los dos millones de habitantes de Gaza serían reubicados “permanentemente”. Al ser cuestionado sobre si esto ocurriría por la fuerza, insistió en que los gazatíes no desean quedarse en un territorio devastado por la guerra.
Aunque Trump ha defendido la propuesta, su aplicación ha sido limitada. Altos asesores han señalado que el objetivo principal es presionar a los aliados árabes de Estados Unidos para que propongan una estrategia de administración para Gaza tras la guerra.
La semana pasada, Egipto presentó su propio plan, respaldado por la Liga Árabe en una cumbre en El Cairo. Este contempla la creación de un comité temporal de tecnócratas palestinos independientes para gobernar Gaza durante seis meses antes de transferir el control a la Autoridad Palestina. También incluye el despliegue de tropas internacionales de paz a través del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según la propuesta, Egipto y Jordania entrenarían a agentes de policía de la Autoridad Palestina para que sean enviados a Gaza a mantener el orden. El territorio se dividiría en siete zonas, reconstruyéndose de manera escalonada para que los palestinos no sean desplazados. Esta estrategia coincide con la postura de Trump y otros funcionarios estadounidenses, quienes han afirmado que Gaza no será habitable para los palestinos durante el proceso de reconstrucción, que podría durar entre 10 y 15 años.
Aunque el plan no menciona directamente a Hamás, sostiene que la cuestión de los grupos armados en Gaza solo podrá resolverse mediante un proceso político que establezca un Estado palestino. La Liga Árabe, en su respaldo a la propuesta egipcia, destacó que la seguridad de Gaza debe quedar exclusivamente en manos de instituciones palestinas legítimas, lo que implica la ausencia de grupos armados ajenos a la Autoridad Palestina.
Esta omisión sobre Hamás generó descontento en la administración Trump, que considera esencial la expulsión del grupo terrorista para garantizar la reconstrucción y evitar un nuevo ciclo de violencia. Mientras Washington busca la eliminación de Hamás, sus aliados árabes han adoptado una estrategia más discreta para reducir su influencia, argumentando que su desarme solo será viable dentro de un marco político más amplio que contemple la creación de un Estado palestino.
El enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Steve Witkoff, calificó el plan egipcio como un “primer paso de buena fe” con “características convincentes”, aunque portavoces del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional lo consideraron “insuficiente”. Witkoff, figura clave en la política de Trump para la región, discutió la propuesta en Doha con los cancilleres de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto y Jordania.
El grupo acordó continuar las consultas con Witkoff sobre el plan egipcio, según un comunicado conjunto. En la reunión también participó Hussein al-Sheikh, principal asesor del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, quien no se reunía con Witkoff desde enero en Riad.